La muerte de un hombre en la región peruana de Puno (al sur del país) elevó este viernes a 60 los fallecidos en las manifestaciones 'antigubernamentales' que se sudecen desde el pasado mes de diciembre en Perú tras el intento de autogolpe de Pedro Castillo, según informaron fuentes sanitarias del país sudamericano.
Esta última víctima ha sido identificada como Isidro Arcata Mamani, de 62 años. Según la información que ha facilitado el ministerio de Sanidad del país, fue atendido tras sufrir lesiones en una de las manifestaciones violentas que se habían convocado en la mencionada región. Solo en el citado enclave, un total de 8 personas fueron atendidas por lesiones de diversa consideración, uno de ellos; por herida causada con arma de fuego.
Las movilizaciones se desarrollaron en Puno durante todo el día de forma relativamente pacífica. Al caer la noche, los agentes de la Policía Nacional solicitaron refuerzos ante el aparente intento de tomar la comisaría de la ciudad, según detallan los medios locales. Se produjeron entonces los momentos de más tensión y violencia entre los manifestantes y las fuerzas de seguridad. Los hospitales de la región están "en alerta máxima" ante la posible llegada de heridos, reseñan las autoridades.
Los manifestantes piden, entre otras medidas, la renuncia de la presidenta Dina Boluarte, a quien no consideran legítima, el cierre del Congreso o la convocatoria de elecciones generales para este año. Al respecto de estas peticiones, el ministro de Interior, Vicente Romero, afirmó que las manifestaciones solo se producen con la intención de "chantajear al Gobierno", remarcando que se mantienen firmes en las decisiones que han tomado desde que estas comenzasen. "Estas acciones evidencian que se quiere desatar el caos, no solamente en Lima, sino a nivel nacional, buscando víctimas", aseguró Romero.
Por su parte, el ministro de Defensa, Jorge Chávez, remarcó que las Fuerzas Armadas tienen por misión "seguir protegiendo los activos críticos e infraestructura estratégica" tanto en Lima como en las demás regiones del país. Lamentó, en este sentido, que este viernes se produjeran "ataques de extrema violencia en el aeropuerto de Arequipa y en la mina Antapaccay en Cuzco" y afirmó que "ese tipo de acciones extremistas y violentas no pueden ser consideradas acciones de protesta".
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Manifestantes antigubernamentales incendiaron también este viernes el Centro Binacional de Atención en Frontera (CEBAF) de Desaguadero, un enclave aduanero ubicado también en el departamento de peruano de Puno, en uno de los incidentes más graves que se han producido desde que comenzasen los enfrentamientos.
Por si fuera poco, varios aeropuertos también han resultado dañados durante los últimos días. En concreto, los ciudadanos han intentado tomar hasta tres aeropuertos del país, los de Arequipa, Cusco y Juliaca.
Los dos primeros han cerrado como medida preventiva, mientras que el tercero se encuentra inoperativo por los distintos problemas en sus instalaciones, provocando importantes retrasos y cancelaciones en los vuelos que llegan y salen de Perú.