Sara de Diego Ángela González Rodríguez

No ha habido ola roja. Los republicanos no han arrasado como apuntaban analistas y encuestas y los demócratas han resistido el pulso con un mejor resultado de lo esperado. El Partido Republicano puede ganar la mayoría de la Cámara de Representantes por muy pocos escaños, pero el Senado seguirá en poder de los demócratas, según un escrutinio que sigue y con Georgia como estado bisagra y clave.

Estas elecciones de medio mandato demuestran que Donald Trump no es garantía de éxito y que se le complican sus planes de cara a 2024 ante un Ron deSantis que ha arrasado en su reelección como gobernador de Florida. También un castigo a Joe Biden con la pérdida del Congreso es consecuencia de un electorado descontento y con motivos de peso para pedir un nuevo rumbo en los próximos dos años. 

Con un escrutinio bastante avanzado, los republicanos llevan la delantera en la Cámara de Representes, lo que podría dificultar la implantación de las políticas de la Administración de Biden. Si bien los demócratas han perdido el control del Congreso, lo han hecho por mucho menos de lo esperado y han logrado contener la ola roja que Donald Trump lleva semanas anunciado.

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Wisconsin, Georgia, Arizona y Nevada

Pero los republicanos no han arrasado y los demócratas mantendrán, según las previsiones, el control del Senado, poniendo así contra las cuerdas a un Trump que prevé anunciar su candidatura a la Casa Blanca el próximo 15 de noviembre. 

Demócratas y republicanos están empatados en el Senado con 48 escaños para cada partido, pero todavía quedan por decidir cuatro contiendas, todas ellas en estados considerados bisagra, que pueden decantarse tanto del lado conservador como del progresista. Wisconsin, Arizona, Nevada y Georigia serán claves en las próximas horas. 

En este último estado, con un 98% del escrutinio, la contienda entre el senador demócrata Raphael Warnock y el candidato republicano Herschel Walker sigue en vilo después de que ambos se hayan colocado en primera posición varias veces a lo largo de la noche.

Warnock cuenta con 1.935.464 votos, 35.000 más de Walker, un exjugador de rugby apoyado por Trump y salpicado de numerosas polémicas con el 98% escrutado. En el caso de que ninguno de los dos  consigan al menos un 50% de los votos (el demócrata tiene un 49,4%, frente al 48,5% del republicano), Georgia se vería abocado a desempatar en una jornada especial en diciembre.

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Importante también Arizona, donde el astronauta demócrata Mark Kelly supera al candidato republicano, Blake Masters, en casi 100.000 votos. Si la carrera por el escaño de Arizona continúa así, Kelly se consolidaría en el Senado dos años después de ganarlo tras suceder al senador John McCain.

Pensilvania Massachusetts y Maryland

En la contienda electoral, el Partido Demócrata se ha apuntado tres victorias muy destacables en la Cámara de Representantes: Pensilvania, Massachusetts y Maryland, que se tiñen de azul. Massachusetts y Maryland son de tendencia progresista, aunque durante los últimos años habían estado gobernados por republicanos.

En Massachusetts, la demócrata Maura Healey se ha convertido en la primera mujer elegida como gobernadora de Massachusetts, así como en la primera gobernadora abiertamente lesbiana de cualquier estado. Por su parte, Wes Moore también coloca su nombre en la Historia de EEUU como primer gobernador negr de Maryland.

Dos horas después de que finalizara la jornada electoral en la costa este, ya se saba como nuevo gobernador de Pensilvania al demócrata Josh Shapiro, quien habría derrotado por tanto al protegido de Trump Doug Mastriano. Shapiro reemplazará al también demócrata Tom Wolf, quien acaba de finalizar el segundo de los dos mandatos que permite la ley.

Cabe destacar que el nuevo gobernador no tendrá que mudarse desde muy lejos, pues desde 2017 ejerce de fiscal general de Pensilvania. Shapiro se ha gastado 44 millones de dólares en esta campaña, exactamente 10 veces más que su rival republicano.

Trump no es garantía

Sin duda, los resultados de estas elecciones demuestran que Trump no es garantía de éxito. Los republicanos han visto cómo varios de los candidatos que habían sido promovidos por el expresidente perdían sus respectivas contiendas.

La derrota de Doug Mastriano y Mehmet Oz, en Pensilvania, un estado clave que se diputaban rojos y azules, ha sido estrepitosa. También las de los republicanos Lee Zeldin, en Nueva York, Don Bolduc, en New Hampshire, y Tudor Dixon, en Míchigan.

Otro ejemplo del fracaso de Trump es la derrota de la republicana Kari Lake en Arizona. Ella era su apuesta para ser su vicepresidenta en 2024. La expresentadora de televisión y posible copiloto presidencial de Trump ha perdido por amplio margen contra la demócrata Katie Hobbs. Mientras, la republicana Blake Masters también era derrotada en la carrera por el Senado.

DeSantis

Y es que a Trump se le complican sus planes. Y el motivo está dentro de su propio partido: Ron deSantis. El gobernador de Florida ha sido reelegido en su cargo en las midterns con una contundente victoria y muchos ya vuelven a mirarlo como posible rival de Trump en el partido republicano de cara a ocupar la Casa Blanca en 2024.

Sin embargo, el propio DeSantis ha evitado, tras su victoria, hablar de sus planes de futuro y sólo insistió en una de las características de su mandato: su mesianismo. DeSantis ha conseguido la reelección con casi el 60% de los votos, 20 puntos de diferencia sobre su rival demócrata, Charlie Crist.

"Insatisfechos"

Casi las tres cuartas partes del electorado que ha acudido a las urnas en las elecciones de mitad de legislatura están "insatisfechos" o "francamente enojados" con cómo van las cosas en el país, según los datos que maneja Político.

Tres cuartas partes de los votantes piensan que la economía está en condiciones "no tan buenas" o "malas" y 8 de cada 10 votantes estadounidenses dicen que la inflación ha causado a sus familias dificultades "moderadas" o "graves".

Las encuestas a pie de urna dejaron un electorado dividido entre republicanos (35%), demócratas (34%) y otro tercio de independientes (31%). Otro factor a tener en cuenta es que el porcentaje de votantes blancos que acudieron a las urnas este martes ha sido mucho más alto que en las elecciones presidenciales de 2020. También ha subido la edad media del electorado, algo que tradicionalmente beneficia a los candidatos conservadores (el 70% de los votantes que han participado en las elecciones de mitad de legislatura tienen más de 45 años).

A esto hay que añadir los bajos índices de aprobación de Biden: el 45% de los estadounidenses aprueba al presidente, mientras que el 54% lo desaprueba, según las encuestas de The National Election Pool.