La vicepresidenta de Argentina, Cristina Fernández de Kirchner, ha reaparecido en público tras su intento de asesinato y ha asegurado que está viva "por Dios y por la Virgen".
Fernández de Kirchner ha hecho estas declaraciones rodeada de religiosos, ya que acudió a un encuentro con una organización de sacerdotes y monjas que trabajan con personas vulnerables. "Siento que estoy viva por Dios y por la Virgen y me pareció que tenía que agradecerlo, rodeada de curas, hermanas religiosas y pobres", dijo.
En ese acto, celebrado en el Senado, la vicepresidenta de Argentina reveló que el Papa Francisco la llamó un día después de que Fernando Sabag Montiel intentara asesinarla a tiros en plena calle. "Me dijo que los actos de odio y de violencia son precedidos por palabras y verbos de odio", ha apuntado.
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También aseguró que "lo más grave no es lo que me pudo haber pasado a mí, sino que se rompió el acuerdo social que había desde 1983", en referencia a la fecha en que Argentina recuperó la democracia.
Así, Fernández consideró el atentado como una "ruptura" y llamó a "reconstruir consensos urgentemente". "Esa pasión que tenemos por que la gente vuelva a comer y tener un trabajo, no lo vamos a lograr hablando únicamente con los que pensamos de una manera, la gracia está en juntarse con los que piensan distinto y tener un acuerdo mínimo", opinó.
'La banda de los copitos'
Tras dos semanas del intento de magnicidio contra la que fuera presidenta de Argentina entre 2007 y 2015, cuatro personas han sido detenidas.
El autor material del ataque, el brasileño Fernando Sabag Montiel, de 35 años, fue el primer detenido inmediatamente después de sacar su pistola e intentar disparar dos veces a Cristina Fernández, pero la pistola falló.
Según las últimas informaciones, Fernando Sabag Montiel intentó asesinar a Kirchner en otra ocasión. La información se desprende de un conjunto de mensajes extraídos del teléfono de Brenda Uliarte, su novia y también detenida por posible instigadora. Hay otras dos personas detenidas, amigos de la pareja.
Aunque está decretado el secreto de sumario, se han filtrado en las últimas horas varias informaciones sobre el caso. Los cuatro detenidos han sido bautizados como "la banda de los copitos", ya que algunos de los integrantes fueron vistos en los alrededores de la casa de la vicepresidenta argentina vendiendo algodón de azúcar, días antes del atentado.