Casi un mes después de una primera vuelta muy ajustada, Sebastián Piñera y Alejandro Guillier vuelven a las urnas para la votación decisiva donde se decidirá la presidencia chilena. Los sondeos predecían una segunda vuelta, pero ninguno vaticinó que la diferencia entres los dos candidatos fuese tan corta. Sobre todo, ninguno esperaba que Beatriz Sánchez, la candidata de la izquierda (Frente Amplio), lograra un 20% de los votos, papeletas que, ahora, serán decisivas a la hora de determinar el vencedor.
Piñera, el aspirante de la derecha (Chile Vamos), no logró pasar del 36% de los votos, cuando las encuestas le daban hasta un 44%, y Guillier, el candidato oficialista de centroizquierda (Nueva Mayoría), no fue más allá del 22%. Para esta nueva ronda de votaciones, los sondeos siguen dando ventaja a Piñera pero tan ajustada -solo dos puntos de diferencia- que cualquier pequeño cambio podría alterar los resultados.
Y es ahí donde entra la papeleta de los votantes de izquierdas de la primera vuelta. “El comportamiento de los votantes del Frente Amplio (FA) de izquierda en la segunda vuelta sigue siendo el factor crítico, y es difícil predecir cómo votará un grupo tan nuevo y heterogéneo”, dice un informe de la consultora Teneo Intelligence.
Para estos votantes, más que la victoria de Guillier, lo que les mueve es la derrota de Piñera. En las redes sociales está creciendo estos días el movimiento ‘Anti-Piñera’, que pide el voto en contra del candidato de la derecha. Muchos temen un retroceso en las medidas sociales adoptadas por Michelle Bachelet, una vez que, durante la campaña, Piñera ya ha anunciado que está dispuesto a recortar programas sociales, bajar los impuestos a las empresas y finalmente desarrollar una serie de medidas que beneficiarían al 1% más rico del país.
Guillier, al contrario, ha dicho que no pretende sacrificar las reformas sociales por el crecimiento económico y ya se ha comprometido, por ejemplo, a seguir con la gratuidad universitaria, una reforma de la presidenta saliente que afecta al 60% de la educación superior. Y aunque el FA ha considerado que las promesas del candidato de centro izquierda son insuficientes, muchos de sus líderes han entrado en campaña para luchar contra la abstención de su electorado, llevarlo a dar su voto a Guillier e impedir, así, el triunfo de Piñera.
La izquierda, contra Piñera
Beatriz Sánchez, la candidata del FA anunció este lunes que votará por el oficialismo de centroizquierda, en un último empuje a la candidatura de Guillier. "Mi voto es contra Sebastián Piñera y para eso voy a votar por Guillier", señaló. También los diputados Gabriel Boric y Giorgio Jackson, dos de las principales figuras del FA, anunciaron su apoyo a la candidatura del centro izquierda. “Con la profunda convicción de que el Frente Amplio es la mejor alternativa para cambiar Chile, este domingo votaré contra Piñera, marcando mi voto por Guillier”, anunció Boric. “Las reacciones del comando de Alejandro Guillier han sido ambiguas, confusas y a veces hasta contradictorias frente a importantes demandas ciudadanas, pero es necesario levantarse este domingo para votar e impedir que Sebastián Piñera gobierne” señaló Jackson.
El propio Guillier, en las últimas horas de campaña, centró su discurso en el voto contra la derecha. “No a Piñera, no a los abusos, a los privilegios y la corrupción", dijo el candidato en su último mitin, donde contó con la presencia de Fernando Múgica, el mítico expresidente de Uruguay. "Recuerden que Hitler llegó al poder porque los de izquierda se mataban entre ellos, en lugar de pelear contra Hitler. El eterno problema de la cara progresista es la unidad y el eterno peligro y el eterno flagelo, por eso quiéranse un poco más y sepan lo que está en juego", resaltó Múgica.
Por su parte, Piñera recibió el apoyo del excandidato ultraconservador José Antonio Kast, quien obtuvo en primera vuelta casi un 8% de los votos vinculado al mundo militar. El exmandatario, que gobernó el país entre 2010 y 2014, abandonó el Palacio de la Moneda con un muy bajo índice de popularidad, acosado en especial por las protestas estudiantiles en favor de la educación pública y gratuita. Sin embargo, Piñera está también asociado al crecimiento de la economía chilena en esos años, a la creación de empleos y a la reconstrucción del centro-sur de Chile tras el terremoto de 27 de febrero de 2010, que destrozó esa zona del país y mató a más de 150 personas.
En esta campaña, Piñera sacó la bandera de la economía, hablando de la creación de “buenos empleos, buenos salarios y buenas pensiones” y cerró su último mitin pidiendo “perdón por los errores cometidos”, asegurando que volverá a poner el país “en la senda del progreso y del desarrollo”. También tuvo algunos tropiezos como la polémica que desató tras denunciar supuestos votos marcados a favor de sus contrincantes en la primera vuelta electoral, lo que el oficialismo calificó de “infamia” y provocó la indignación de sus antiguos rivales, favoreciendo el acercamiento a Guillier. O como cuando expresó que los niños transgénero “se corrigen con la edad”, desatando las críticas de varios sectores.
Este domingo, más de 14 millones de chilenos podrán elegir el futuro presidente del país. En la primera vuelta, sólo un 47% decidieron hacerlo. Queda por ver si este domingo, independientemente de quien salga elegido, volverá a ser la abstención la gran ganadora de estos comicios.