El 29 de agosto, tres días antes de que la oposición venezolana se lanzara a las calles de la capital en una marcha masiva bautizada como la 'Toma de Caracas', Yon Goicoechea, uno de los dirigentes del partido Voluntad Popular -el de Leopoldo López-, desapareció de la faz de la tierra.
De raíces vascas y canarias, Goicoechea había regresado a su Venezuela natal un par de meses meses antes después de pasar un largo periodo en el extranjero que incluyó una estancia de tres años en España. Se encontraba en un municipio al sureste de Caracas cuando las autoridades lo detuvieron.
“Lo mantuvieron desaparecido durante 56 horas”, asegura su esposa, Rosaura Valentini, a este diario, quien visitó España en los últimos días para reunirse con representantes de PP, PSOE y Ciudadanos tras denunciar la situación de los opositores venezolanos en el Parlamento Europeo. “Tuvimos que pasar esas terribles horas de horror”.
Horas después de que se perdiera la pista de Goicoechea, el líder oficialista Diosdado Cabello reveló que el opositor había sido arrestado porque portaba “cordones detonantes” y aseguró que Estados Unidos lo había entrenado, según recoge El Universal.
Pero la familia de Goicoechea no logró dar con su paradero hasta pasados más de dos días de su detención, afirma. Entonces se le imputaron los delitos de tenencia de explosivos y asociación para delinquir.
Desde hace mes y medio, el dirigente de Voluntad Popular se encuentra recluido en el Helicoide, la sede del Servicio Bolivariano de Inteligencia (SEBIN), a la espera de una acusación formal por parte de la Fiscalía. Los investigadores tienen 45 días para tomar una decisión sobre Goicoechea mientras aguarda entre rejas, plazo que vence el lunes.
“Mi esposo es un hombre que siempre ha luchado por la libertad de Venezuela”, asegura Valentini. “Esperamos que se haga justicia”.
De 31 años, Goicoechea saltó a la fama en 2007 como líder estudiantil al enfrentarse a la reforma constitucional promovida por Hugo Chávez para aumentar su poder, que finalmente fue tumbada en las urnas. Abogado de profesión, en 2012 decidió abandonar el país para proseguir con sus estudios.
La oposición venezolana ha calificado el arresto de su compañero de “injusto y arbitrario” y asegurado que el proceso que se impulsa contra él se basa en “pruebas fabricadas”, informa El Universal.
Preguntada acerca de su detención, su mujer afirma que se produjo por “pensar distinto” al Gobierno de Nicolás Maduro y como elemento disuasorio frente a la protesta que se celebraría días después, secundada por Voluntad Popular.
En los días previos a la detención de su marido, dirigentes de la formación opositora se vieron en el punto de mira de las fuerzas del orden. El exalcalde de San Cristóbal Daniel Ceballos fue trasladado de madrugada de su arresto domiciliario a una cárcel común en otro estado.
Valentini denuncia que en su primer mes de cautiverio a Goicoechea no se le permitió ver la luz del sol. Ahora, dice, puede hacerlo dos veces por semana. En la celda convive con sus libros y su biblia.
“Su madre está muy mal. Mis hijos, por su puesto, preguntan por su padre todos los días”, dice Valentina, que tiene dos pequeños de cuatro y siete años con Goicoechea. “Nosotros les decimos a nuestros hijos que su padre está luchando por una mejor Venezuela”. Optimista, Valentina espera que las autoridades dejen a su marido en libertad.