El Gobierno de Etiopía declaró este lunes un alto el fuego unilateral en el conflicto de la región norteña de Tigray -contra la que mantiene una ofensiva armada desde noviembre pasado-, después de que la administración interina regional pidiera un cese de las hostilidades.
En un comunicado leído en la televisión estatal, el Ejecutivo etíope decretó el alto el fuego y emplazó a respetarlo al Ejército federal y a las fuerzas armadas regionales, en referencia a las fuerzas de la vecina región de Amhara, implicadas en la guerra.
Según confirmaron a Efe fuentes de la administración interina de Tigray, designada por Adís Abeba, el Ejército etíope abandonó hoy la capital de la región, Mekele, después de que las fuerzas del Frente Popular de Liberación Tigray (FPLT), integradas en las Fuerzas de Defensa de Tigray (FDT), tomaran el control de la ciudad.
Una fuente diplomática que quiso permanecer en el anonimato aseguró a Efe que, durante esta semana, el Ejecutivo etíope había entablado un diálogo con las embajadas de Estados Unidos y Reino Unido para pedirles que gestionaran una negociación secreta con el FPLT.
La retirada de las fuerzas federales de la capital regional era una condición establecida por los gobiernos occidentales contactados por las autoridades etíopes, explicó esta fuente diplomática.
Asimismo, las fuerzas rebeldes de la región etíope de Tigray aseguraron este martes tener el "completo control" de la capital regional, Mekele, tras la retirada del Ejército federal y el anuncio ayer de un alto el fuego unilateral por parte del Gobierno de Etiopía en un conflicto armado que estalló en noviembre pasado.
"Nos gustaría compartir la gran noticia con toda la población y los amigos de Tigray de que nuestra querida capital, Mekele, está ahora bajo el completo control de las Fuerzas de Defensa de Tigray", afirmó en un comunicado el Gobierno del Frente Popular de Liberación Tigray (FPLT), que había sido derrocado en noviembre.
"El pueblo de Tigray está ahora empezando a afirmar y practicar sus derechos completos como ciudadanos porque derrotaron a las fuerzas invasoras bajo una unidad bien coordinada y heroica", aseguró el FPLT en una nota emitida esta madrugada.
Los rebeldes instaron también a la población a "estar en constante alerta para proteger a toda la ciudad y su gente contra cualquier fuerza que pueda intentar cometer crímenes inexcusables e imperdonables contra la vida humana y la propiedad".
El comunicado se emitió después de que el Gobierno de Etiopía declarara este lunes un "alto el fuego unilateral humanitario" en la guerra de la región norteña -contra la que mantiene una ofensiva bélica desde noviembre-, después de que la administración interina regional pidiera un cese de las hostilidades.
Según confirmaron a Efe fuentes de la administración interina de Tigray, designada por Adís Abeba, el Ejército etíope abandonó ayer Mekele después de que las fuerzas del FPLT, integradas en las Fuerzas de Defensa de Tigray (FDT), tomaran el control de la ciudad.
Antes del anuncio del Ejecutivo central, Abraham Belay, jefe del Gobierno interino tigriña, había hecho este lunes un llamamiento para una solución política al conflicto y había enviado una propuesta al Gobierno del primer ministro etíope, Abiy Ahmed.
"Abordar la crisis humanitaria en Tigray es responsabilidad del Gobierno federal, no podemos esperar que esto llegue desde el grupo rebelde que está jugando con las vidas del pueblo tigriña", dijo Abraham en la televisión estatal.
Por otro lado, la directora ejecutiva de Unicef, Henrietta H. Fore, denunció hoy en la red social Twitter que miembros de las Fuerzas Armadas de Etiopía entraron este lunes en su oficina de Mekele y "desmantelaron" sus equipos de comunicación satelital.
"Esta acción viola los privilegios e inmunidad de la ONU y las reglas del derecho internacional humanitario", denunció Fore.
Antes del anuncio del Ejecutivo central, Abraham Belay, jefe del Gobierno interino tigriña, había hecho este lunes un llamamiento para una solución política al conflicto y había enviado una propuesta al Gobierno del primer ministro etíope, Abiy Ahmed.
"Abordar la crisis humanitaria en Tigray es responsabilidad del Gobierno federal, no podemos esperar que esto llegue desde el grupo rebelde que está jugando con las vidas del pueblo tigriña", dijo Abraham en la televisión estatal.
El conflicto en Tigray estalló el pasado 4 de noviembre después de que el Gobierno central atacara al FPLT, entonces partido gobernante en la región, en represalia por una presunta agresión previa de fuerzas tigriñas a una base del Ejército federal.
Abiy Ahmed declaró la victoria sobre las fuerzas tigriñas a finales de noviembre después de que el Ejército federal tomara Mekele, pero la guerra siguió activa pese a los llamamientos de la comunidad internacional a un cese de las hostilidades.
Desde el inicio del conflicto, miles de personas han muerto, cerca de dos millones se han visto desplazadas internamente en la región y al menos 75.000 etíopes han huido al vecino Sudán, país fronterizo con Tigray, según datos oficiales.
Ss han documentado violaciones de derechos humanos en la región, incluyendo una estrategia organizada de violencia sexual y saqueo contra la población civil y las infraestructuras de la región, según testimonios médicos y organizaciones humanitarias.