La Guardia Costera de Estados Unidos ha confirmado en la tarde del jueves en rueda de prensa que han fallecido los cinco ocupantes del Titan, el submarino que se dirigía a contemplar los restos del Titanic, después de que el vehículo sufriese una "implosión catastrófica".
Un robot submarino de los que se envió a buscar el batiscafo extraviado detectó en la tarde de hoy varios restos que, tras ser analizados por los expertos, se han mostrado compatibles "con una rotura catastrófica de la cámara de presión".
El contralmirante John Mauger ha informado de que se descubrió el cono de cola del submarino a unos 500 metros de la proa del Titanic. Posteriormente se halló un campo de restos donde se encontraba la parte trasera del casco, y más tarde, en otra zona, la parte delantera. "Seguimos cartografiando el campo de escombros y haremos todo lo posible para cartografiar completamente lo que hay ahí abajo", ha señalado.
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Los ROV (vehículos dirigidos de forma remota, por sus siglas en inglés) que estaban participando de las labores de búsqueda continúan en la zona para tratar de recabar más información. Pese a ello, el operativo de búsqueda ya se está desmantelando dada la difíciles condiciones de trabajo en el área.
Mauger ha informado de que, tras identificar estos restos, se ha notificado a las familias de las víctimas el triste suceso. Además, ha apuntado la baja probabilidad de poder recuperar los cuerpos, dado el "entorno increíblemente implacable" en el que se encuentran.
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También ha agradecido la "rápida movilización de expertos en la búsqueda y rescate submarinos" y la "asistencia internacional que se ha brindado".
La propia compañía OceanGate, que comercializaba los viajes submarinos para ver el Titanic a un precio de 250.000 dólares por pasajero, confirmaba minutos antes de la rueda de prensa el fallecimiento de los cinco ocupantes y transmitía sus condolencias a las familias.
Cinco días de búsqueda angustiosa
El barco Polar Prince partió el pasado sábado 17 de las costas canadienses. El objetivo era llegar en superficie el domingo hasta la vertical del Titanic, hundido en 1912, y sumergir el submarino Titan a 3.800 metros de profundidad, para contemplar los restos del trasatlántico.
El plan era descender durante más de dos horas, ver la conocida embarcación desde el pequeño ojo de buey del Titan, y emerger siete horas después de la inmersión. Sin embargo, cuando aún no habían completado el descenso, se perdió la comunicación entre el submarino y el Polar Prince.
Comenzaba entonces una carrera contra el reloj para intentar localizar el minisubmarino. Se desconocía si habría logrado salir a superficie y estaría a la deriva o seguiría sumergido en las gélidas aguas del Atlántico. El oxígeno que había en el interior de la cápsula ha marcado la cuenta atrás de las operaciones de búsqueda y rescate, sin que finalmente se haya podido hacer nada para salvar a los cinco tripulantes, uno de los cuales era Hamish Harding, el consejero delegado de la propia OceanGate.