Los líderes de la OTAN no tienen previsto invitar a Ucrania a entrar en la Alianza Atlántica durante la cumbre que celebrarán el 11 y 12 de julio en Vilna (Lituania), pese a las reiteradas solicitudes en este sentido del presidente Volodímir Zelenski y todos los miembros de su Gobierno.
El secretario general, Jens Stoltenberg, ha dicho este lunes que la prioridad ahora es ayudar a Kiev en su contraofensiva frente al Kremlin. "Una paz justa no puede significar congelar el conflicto y aceptar un acuerdo dictado por Rusia", ha dicho en una rueda de prensa conjunta con el canciller alemán, Olaf Scholz.
En la cumbre de Bucarest de 2008, los países aliados prometieron a Ucrania que algún día se convertiría en miembro de pleno derecho de la OTAN. Trascurridos 15 años y 2 invasiones por parte de Rusia (en 2014 y la actual), Ucrania sigue esperando una respuesta concreta sobre el calendario.
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Pero la OTAN está ahora profundamente dividida sobre los riesgos de una adhesión de Kiev. Polonia y los bálticos apoyan la petición de Zelenski y consideran que la entrada de Ucrania en la Alianza Atlántica es la única garantía de seguridad que disuadiría definitivamente a Moscú de atacar de nuevo a su vecino.
En el bando contrario, Estados Unidos o Alemania temen que la adhesión de Ucrania aboque a la OTAN a una guerra abierta contra Rusia. "La OTAN no es parte en el conflicto. Apoyamos a Ucrania en su derecho a la autodefensa, que está consagrado en la Carta de la ONU", ha insistido Stoltenberg.
"En la cumbre de Vilna y en los preparativos de la cumbre, no estamos discutiendo enviar una invitación formal (a Ucrania). Lo que estamos discutiendo es cómo acercar a Ucrania a la OTAN y las consultas siguen en marcha. No estoy en condiciones de anticipar el resultado de esas consultas", ha indicado.
En todo caso, Stoltenberg ha querido quitar hierro a las divergencias internas. "Los aliados están de acuerdo en muchas cosas. Estamos de acuerdo en que la puerta de la OTAN está abierta y lo hemos demostrado con la invitación a Finlandia y Suecia", sostiene el noruego.
"También estamos de acuerdo en lo que dijimos en 2008, que Ucrania se convertirá en miembro de la Alianza. Estamos de acuerdo en que no es Rusia, sino Ucrania y los aliados de la OTAN, los que tienen que decidir cuándo es el momento adecuado para invitar a Ucrania. Rusia no tiene poder de veto sobre las decisiones de la OTAN", ha proseguido el secretario general.
"Pero lo más importante es que todos estamos de acuerdo en que la tarea más urgente e importante ahora es asegurar que Ucrania prevalezca como una nación democrática soberana e independiente en Europa. Porque a menos que hagamos eso, a menos que prevalezca Ucrania, no hay ningún tema que discutir relacionado con la adhesión", afirma Stoltenberg.
Por todo ello, los líderes de la OTAN tienen previsto aprobar durante la cumbre de Vilna un plan multianual de ayuda militar a Ucrania para demostrar su apoyo a largo plazo. En paralelo, los aliados están discutiendo proporcionar a Kiev garantías de seguridad bilaterales, al margen de la Alianza Atlántica.
Por su parte, el canciller alemán se ha limitado a señalar que la decisión de Bucarest "sigue vigente", pero ha pedido "concentrarnos en la tarea que tenemos entre manos". "Necesitamos apoyar a Ucrania para defender la integridad y la soberanía del país", ha destacado Scholz.