El ataque a los gasoductos Nord Stream 1 y 2 que pasan bajo el mar Báltico y conectan Rusia con Alemania fueron un acto de sabotaje llevado a cabo por un grupo pro-ucraniano. Esa es al menos la tesis que propone un nuevo informe de la inteligencia estadounidense al que ha accedido el New York Times.
Esta información supone un paso más en la investigación sobre la autoría de unos misteriosos bombardeos que el pasado septiembre confundieron al mundo entero y que desde entonces han suscitado teorías de todo tipo.
En este sentido, el documento sugiere que los atacantes eran opositores del presidente ruso, Vladímir Putin, pero "no especifica los miembros del grupo, ni quién dirigió o pagó el ataque", según el rotativo estadounidense.
Asimismo, los funcionarios de la Casa Blanca consultados por el Times no tienen evidencias de que el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, o miembros de su Gobierno estén involucrados en la operación.
Hoy por hoy, todavía no hay conclusiones firmes sobre quién bombardeó los gasoductos. Sigue siendo un misterio, aunque la OTAN aseguró finales de 2022 de que se trataba de un "acto de sabotaje". No obstante, eso no ha impedido que se alimentase la especulación sobre los responsables. Con el ruido de la guerra de Rusia en Ucrania como telón de fondo, se ha señalado a Moscú y a Kiev en repetidas ocasiones, pero también a Londres y a Washington.
Una de las últimas hipótesis procede del veterano periodista de investigación y premio Pulitzer en 1970, Seymour Hersh, quien señaló que las fugas fueron resultado de una operación encubierta ordenada por la Casa Blanca y ejecutada por la CIA durante unos ejercicios militares de la OTAN.