Un día después de que China pidiera una solución "política" a la guerra en Ucrania y que apostara por negociar hacia una paz cercana, el presidente de Gobierno de Francia, Emmanuel Macron, ha declarado este sábado que visitará el país asiático "a principios de abril".
Macron ha solicitado a Pekín, que también mantiene conversaciones con Vladímir Putin, el líder ruso, que ayude en este desenlace pacífico. "Queremos que nos ayude a presionar a Rusia, por supuesto, para que nunca use ni productos químicos ni armas nucleares", expresó durante la visita a una Feria Internacional de Agricultura de París, "y que frene esta agresión antes de una negociación".
"El hecho de que China está haciendo esfuerzos para alcanzar la paz es bastante bueno", valoró el presidente francés, igual que había hecho unas horas antes su homólogo ucraniano, Volodímir Zelenski. La paz, matizó Macron, "solo es posible si pasa por el cese de la agresión rusa, la retirada de las tropas y el respeto a la soberanía territorial y al pueblo ucraniano".
China lleva meses en la sombra de la contienda. Y desde unos días se ha alzado como mediador en el conflicto. Geográfica y políticamente unido a Rusia, este país ha afirmado en repetidas ocasiones que aboga por un desenlace temprano en el conflicto. Hace unos días, repitió esta creencia en la Conferencia de Seguridad de Múnich, en Alemania. Y el 22 de febrero, su ministro de Exteriores, Wang Yi, se reunió con Putin en Moscú.
De esa reunión salió una propuesta de paz que orbitaba en torno a 12 propuestas, entre las que estaban el alto al fuego por ambas partes y respetar la soberanía nacional de los involucrados. Esas propuestas se tomaron con cautela en la OTAN y la Unión Europea. Tanto la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, como el secretario general de la Alianza Atlántica, Jens Stoltenberg, esgrimieron que Pekín "no tiene mucha credibilidad" porque nunca ha condenado la guerra de agresión del Kremlin y además ha tomado partido al firmar un acuerdo de "amistad ilimitada" con Vladímir Putin días antes del estallido del conflicto.
Stoltenberg, de hecho, fue un paso más allá y aseguró que mientras Xi Jinping, el presidente chino, hace estas declaraciones está preparando para enviar ayuda militar a Rusia por primera vez desde el inicio de la guerra. Un movimiento que según el secretario general de la OTAN sería "un gran error". Joe Biden, presidente de Estados Unidos, tampoco se mostró muy optimista y dijo el viernes en una entrevista de ABCNews que no veía nada en el plan de China "que pudiera beneficiar a nadie más que a Rusia".
Y en España, la ministra de Defensa, Margarita Robles, pidió a China que las propuestas de paz fueran creíbles y criticó que desde Pekín, un año después del comienzo de la invasión, todavía no se haya condenado la invasión rusa. "Está muy bien que China o cualquier otro país haga propuestas pero esas propuestas tienen que ser creíbles y, como bien decía el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, hasta ahora China no se ha pronunciado condenando claramente la invasión rusa. Los planes de paz tienen que ser aceptados por Ucrania, que es el país que está siendo agredido", evaluó en una charla con RNE.