El ingreso de Suecia y Finlandia en la OTAN sigue sin fecha y, todo apunta, a que su adhesión tardará varios meses más de lo previsto. La Alianza Atlántica ha marcado la cumbre de líderes aliados en Vilnha, Lutuania, del próximo mes de julio como plazo para que los dos países nórdicos entren en la organización. El motivo: las elecciones en Turquía.
La falta de avances en las negociaciones entre Turquía y Suecia, paralizadas por la quema de un Corán frente a la embajada turca en Estocolmo, unido a la convocatoria electoral para el próximo 14 de mayo, con la disolución de las cámaras, descarta cualquier ratificación de la adhesión -que debe ser unánime- en este momento.
Junio, cuando se constituya el parlamento turco, podría ser el posible momento para desbloquear la situación, aunque, en todo caso, el objetivo último es que haya buenas noticias para la cumbre de Vilna, prevista para el 11 y 12 de julio.
Estocolmo y Helsinki solicitaron formalmente en mayo de 2022 su adhesión y su proceso se ha tramitado en tiempo récord, pero se ha encontrado con el veto de Ankara, que aduce falta de cooperación en materia antiterrorista para bloquear la ratificación formal.
¿Acuerdo Finlandia-Turquía?
Esta situación también afecta a Finlandia, que ya mostró su disposición tras la incidente del Corán de ingresar en la OTAN en solitario. En los últimos días esta idea se ha afianzado en el seno del Gobierno Sanna Marin, que prioriza ahora la seguridad nacional a entrar al mismo tiempo que Suecia a pesar de que este último era el objetivo inicial de presentar su candidatura a la vez.
El diario finlandés Iltalehti, apunta, según fuentes cercanas al Gobierno, que la opción que ahora mismo está sobre la mesa es ingresar en la OTAN en solitario y sin esperar a Suecia, cuya adhesión podría retrasarse, incluso, hasta 2024. "La situación geopolítica de Suecia es completamente distinta de la nuestra y los turcos no tienen ningún problema con nuestra adhesión. Debemos reconocer los hechos: somos vecinos directos de Rusia", asegura esa fuente.
De hecho, Iltalehti asegura en Finlandia podría haber alcanzado ya un acuerdo con Turquía antes de de Navidad para unirse a la OTAN en solitario, lo que tendría en apoyo de todos los partidos que conforman el Gobierno de Sanna Marin, salvo la Alianza de la Izquierda.
Julio, fecha clave
La embajadora estadounidense ante la OTAN, Julianne Smith, ha asegurado que los aliados quieren que Suecia y Finlandia entren en la coalición a la vez y no por separado, emplazando a que esto suceda en la cumbre del 11 y 12 de julio.
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"Trabajamos estrechamente con los países pendientes de ratificación, Hungría y Turquía, y muchos hemos dicho que nuestro interés y expectativa es que Suecia y Finlandia entren en la alianza pronto. Muchos aliados, incluido Estados Unidos, les gustaría que sucedería de cara a la cumbre de Vilna", ha señalado este martes la diplomática norteamericana.
Estos plazos ya han sido asumidos por la propia Filandia, cuyo presidente, Sauli Niinisto, ha señalado la cumbre en Lituania como el escenario para formalizar la entrada en la organización y advirtió que si el bloqueo persistía para entonces plantearía preguntas sobre el acceso a la OTAN, insistiendo en que el veto de Turquía se ha convertido en un problema para la propia alianza militar.
El veto turco a Suecia
El veto de Ankara ha sido clave para que ni Suecia ni Finlandia hayan ingresado aún en la OTAN. En un primero momento, Turquía justificó su negativa a la falta de cooperación de ambos en materia antiterrorista y advirtió que seguiría bloqueando su entrada hasta que no entreguen a todos los individuos acusados de pertenencia a organizaciones kurdas declaradas por el Gobierno turco como grupos terroristas, como el Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK).
El veto turco se despejó en un primer momento en la víspera de la cumbre de líderes de la OTAN en Madrid del pasado junio, donde el presidente Recep Tayyip Erdogan firmó un acuerdo a tres bandas con Suecia y Finlandia para cooperar en materia de lucha contra el terrorismo, un pacto que ahora suecos y finlandeses dicen cumplir pero que no se ha traducido en una posición más conciliadora de Turquía, que insiste en la extradición de personas vinculadas al PKK.
La situación empeoró significativamente el pasado enero, cuando Erdogan dejó muy claro que "no habrá ningún apoyo de Turquía a Suecia para su entrada en la OTAN" tras la quema de un ejemplar del Corán frente a la embajada turca en Estocolmo.
El pasado 21 de enero el ultraderechista sueco-danés Rasmus Paludan quemó un ejemplar del libro sagrado de los musulmanes bajo la protección de la policía sueca, un acto que Erdogan describió como "una traición, una vulgaridad, una canallada y un deshonor".
"Los causantes de que se haya vivido tal ignominia frente a nuestra embajada no pueden esperar ninguna buena disposición de nuestra parte en su solicitud de adherirse a la OTAN", afirmó Erdogan en un discurso televisado.
"El Gobierno sueco no hace falta que hable de derechos y libertades. Si tanto os importan, primero debéis mostrar respeto a la República de Turquía y a la fe de los musulmanes. Si no mostráis respeto, de nuestra parte no tendréis ningún apoyo en el asunto de la OTAN", prosiguió el presidente turco, que insistió en su 'no', del que no se mueve. Habrá que esperar a las elecciones de mayo y sus posibles alianzas para despejar el futuro no sólo de Suecia, también de Finlandia.