En las redes sociales está circulando un anuncio navideño antieropueo emitido por el conglomerado de comunicación ruso RT. El mensaje del anuncio es que dentro de un año la situación en el viejo continente va a ser tan desesperada que los europeos tendrán que comerse sus propias mascotas, a menos que sean capaces de aplacar a Putin.
El vídeo centra la acción en una familia que está celebrando la Navidad. La madre cubre los ojos de su hija para enseguida retirar sus manos de su rostro y darle la sorpresa de que le han regalado un hámster que lleva un lazo rojo atado en la cabeza.
La niña aparece sonriente y toda la familia se abraza. En la pantalla aparece un letrero que indica que estamos en las Navidades de 2021. A continuación, una leyenda que dice 'Navidades de 2022' para advertir de que ha transcurrido un año.
El padre deja la jaula del hámster sobre la mesa. Y a continuación se le ve conectar las luces del árbol de Navidad. Parece que la familia está utilizando la energía que genera el hámster para poder gozar de electricidad. Mientras el hámster produce energía, la familia se sienta en el salón con las luces apagadas y con jerséis navideños.
A continuación, pasamos a las Navidades de 2023. Sigue sin haber luz en la vivienda y la familia come una sopa caldosa y sin sustancia. Todos aparecen ataviados con abrigos y gorros. Cuando se llevan la comida a la boca, el hombre escupe de pronto la pajarita que cubría la cabeza del hámster. La madre se lleva el dedo a la boca en señal de silencio como indicándole que no quiere que la pequeña se entere de que se están comiendo la mascota.
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A continuación, el padre sale corriendo para vomitar la comida. Y el anuncio termina con este mensaje: "Feliz Navidad antirrusa. Por si tus medios de comunicación no te informan de dónde está esto.
Igor Sushko, un expiloto de coches de carreras nacido en Ucrania, ha tuiteado: "Anuncios de propaganda que emiten los canales rusos y que están disponibles en Internet en Europa para infundir miedo en los europeos a través del terrorismo energético".
Antes de que Putin tomara la decisión de invadir Ucrania, Rusia suministraba en torno al 40%-50% de las importaciones de gas natural de la Unión Europea (UE).
En agosto, el presidente ruso, Vladimir Putin, restringió el suministro de un importante gasoducto hacia Europa. Como resultado, los precios del combustible aumentaron drásticamente, poniendo a prueba las economías de los aliados de Ucrania y provocando que muchos europeos no pudieran calentar sus hogares.