Al menos 12 miembros de las fuerzas kurdas y de las tropas gubernamentales sirias murieron este sábado en bombardeos de la aviación de Turquía contra una serie de puntos en el norte del país árabe, informó el Observatorio Sirio de Derechos Humanos.
Cazas turcos llevaron a cabo en la noche del sábado alrededor de 25 bombardeos contra varias áreas en las provincias de Alepo, Al Raqa y Al Hasaka, explicó en un comunicado la ONG, con sede en el Reino Unido y una amplia red de colaboradores sobre el terreno.
"Ha llegado la hora de ajustar cuentas", tuiteó el Ministerio de Defensa turco el domingo, una semana después del atentado en Estambul, junto a una imagen de un avión despegando para una operación nocturna sin precisar su ubicación.
Los ataques aéreos causaron la muerte de seis miembros de las Fuerzas de Siria Democrática (FSD), una alianza armada liderada por kurdos, y de otros tantos soldados leales al presidente sirio, Bachar al Asad, si bien el balance de víctimas podría aumentar, según la nota.
Uno de los objetivos de los bombardeos fue la estratégica ciudad de Kobane, en Alepo y un importante bastión de las fuerzas kurdosirias, a las que Ankara ha señalado por el atentado que hace una semana causó seis muertos y 81 heridos en Estambul.
Las autoridades turcas afirmaron que la persona que colocó la bomba fue una mujer siria entrenada por las Unidades de Protección del Pueblo (YPG), uno de los principales componentes de las FSD.
Ankara considera que las YPG y el Partido de Trabajadores del Kurdistán (PKK), la guerrilla kurda de Turquía, son ramas regionales de la misma organización y, por tanto, tiene designadas a ambas como organizaciones terroristas.
Las fuerzas kurdosirias negaron vinculación alguna con la explosión de Estambul y acusaron al presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, de buscar una excusa para atacar el norte de Siria con el objetivo de ganar apoyos de cara a las elecciones que se celebrarán en su país el año próximo.