Putin quiere ganar con el frío: ha destruido ya el 30% de la capacidad de Ucrania para generar electricidad
Los continuos bombardeos en venganza por el puente de Kerch, en Crimea, ocultan una estrategia militar secundaria ahora que se acerca el gélido invierno ucraniano.
13 octubre, 2022 02:54El pasado sábado 8 de octubre un camión repleto de explosivos reventó el puente de Kerch inutilizando el vínculo terrestre que une la península de Crimea con territorio ruso. Dos días después, Rusia comenzó su 'operación venganza' y ya ha bombardeado Ucrania de forma sistemática con misiles de largo alcance y con una especial predilección por ciudades que hacía tiempo que veían la guerra de lejos, de zonas residenciales de, por ejemplo, Kiev y, fundamentalmente infraestructuras eléctricas y energéticas. El invierno siempre ha sido un elemento clave en las guerras y Vladimir Putin quiere tenerlo de su lado.
El frío no sólo hiela los huesos, que ya es mucho, sino que puede llegar a convertirse en un factor determinante de cualquier batalla. De aquellos centuriones romanos incapaces de defenderse de las tribus germánicas porque la hoja de sus gladius quedaban helandas en las vainas, al infructuoso intento de la Alemania de Hitler de tomar Rusia durante la Segunda Guerra Mundial. El frío endurece el terreno y complica el avance y la movilidad de los vehículos pesados, pero cuando llega en forma de nieve y esta se convierte en barro hace aún más difícil el desplazamiento de cualquier ejército, ya se encuentre en plena ofensiva o en mitad de un repliegue defensivo.
Durante las últimas 72 horas, Rusia no parado de lanzar misiles (de escasa eficacia, por cierto, lo que indicaría que empiezan a escasear los proyectiles de precisión). Tres días en los que casi podría haber pasado desapercibido su especial interés por las infraestructuras eléctricas y energéticas que abastecen a la parte de Ucrania controlada por Volodímir Zelenski. De hecho, Herman Halushchenko, ministro de Energía ucraniano, informó este miércoles de que al menos el 30% de tales infraestructuras han sido destruidas o como mínimo alcanzadas por misiles rusos durante los últimas andanadas.
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La mayor parte de Kiev, la capital del país, ha pasado la noche a oscuras y las regiones de Leópolis, Poltava, Sumy, Jarkov y Ternopil se quedaron sin energía e internet durante todo el lunes. Es más, después de los primeros bombardeos, el ministerio de Halushchenko señaló que estos ataques a la infraestructura energética eran "los más grandes de toda la guerra" y obligaban a su país "a suspender las exportaciones de electricidad a partir del 11 de octubre para estabilizar su propio sistema energético".
El Ministerio de Energía, el junio pasado, señaló que esperaba recaudar 1.500 millones de euros de las exportaciones de electricidad a la UE, su principal mercado de exportación de energía desde que comenzó la guerra, para finales de año. Ahora, con los ataques impactando "en toda la cadena de suministro", Zelenski se ha visto obligado a pedir a sus ciudadanos que traten de ahorrar toda la electricidad posible en su día a día.
De hecho, Rusia ha atacado la región de Sumy con artillería, dejando dos distritos sin electricidad, y también la infraestructura energética en el distrito de Kamianske de la región de Dnipropetrovsk causando un gran incendio. "Los rescatistas están extinguiendo un incendio. Luego, los ingenieros eléctricos intentarán restaurar el equipo. ¡Ahorrad electricidad! En casa, en el trabajo. Donde sea posible. Ahora es muy importante", pedía Valentyn Reznichenko jefe de la Administración Militar Regional.
Las compañías eléctricas, por su parte, han advertido a los ciudadanos de la alta probabilidad de apagones parciales planificados para equilibrar la demanda y el suministro de electricidad mientras prosigan las reparaciones. Según Ukrenergo, el operador del sistema de transmisión eléctrica, se han implementado cortes parciales en Kiev y en seis regiones del centro de Ucrania debido al incremento del consumo eléctrico en un 6 % en relación al martes, según informa EFE.
Central de Zaporiyia
La zona más preocupante, sin embargo, es la de Zaporiyia, donde su central nuclear, la más grande de toda Europa, opera únicamente con dos generadores diesel después de ser desconectada de la red eléctrica durante un bombardeo que afectó a la subestación "Dniprovska" y encontrarse a menos de 100 kilómetros del frente y con continuos bombardeos en las inmediaciones.
La central se ha convertido en un punto clave de la nueva contraofensiva ucraniana no tanto por el riesgo que pueda suponer un accidente nuclear, que también, sino porque en la tesitura del continuo bombardeo a las infraestructuras energéticas, Zelenski necesita recuperar la ZNPP para reconectarla al sistema eléctrico y garantizarse un flujo de suministro continuo durante el invierno.
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Y mientras tanto, el argentino Rafael Grossi, director general de la OIEA, continua con su infrutuoso peregrinaje de Kiev a Moscú, donde se ha reunido tanto con Zelenski como con Putin, para conseguir una zona de exclusión en torno a la central nuclear que ya ha sido rechazada de plano desde el Kremlin.
Defensa aérea
Mientras, el ministro de Defensa, Oleksii Reznikov, anunció este miércoles que comienza "una nueva era de la defensa aérea", tras confirmar que Ucrania ha recibido de Alemania el primer sistema IRIS-T, cuyos potentes radares permiten una mejor detección de los misiles rusos, según fuentes del Ejército ucraniano. Aunque los sistemas NASAMS estadounidenses "también están en camino", Reznikov subrayó que Ucrania necesita más armamento de este tipo.
Según Viktor Kevliuk, analista militar del ucraniano Centro de Estrategias Defensivas, se volverá necesario establecer prioridades entre los múltiples blancos potenciales que requieren en estos momentos protección aérea. "La infraestructura energética clave debe figurar sin duda en un puesto alto de la lista", dijo a Efe el analista, que explicó que antes de la invasión el núcleo de la defensa antiaérea ucraniana consistía en unos 250 sistemas S-300 de fabricación soviética.
Aunque en estos momentos no existen cifras oficiales sobre la cifra actual y su procedencia, el comandante en jefe de las fuerzas ucranianas, Valerii Zaluzhnyi, subrayó el lunes que se ven obligados a repeler los ataques rusos con una "cantidad insuficiente" de armas de tiempos soviéticos. A pesar de ello, según los últimos datos que se han hecho públicos, durante el lunes y parte del martes Ucrania logró interceptar 63 de un total de 113 misiles rusos (en torno al 56 %).
Según Kevliuk, los sistemas IRIS-T y NASAMS serán una añadidura bienvenida, pero hacen falta además otros tipos para crear un sistema de defensa que disponga de armas con varios rangos de alcance. Mencionó en concreto los sistemas británicos Rapier, que se pueden emplear para proteger aeropuertos o infraestructuras energéticas y los sistemas Aspide que ha prometido España, que en estos momentos entrena para su uso a militares ucranianos.