El presidente de Rusia, Vladimir Putin, ha considerado, este miércoles, que la culpa de la crisis energética que sufre Europa es de sus propias medidas, con políticas que privaron de inversión a la industria del petróleo y el gas y señaló que los topes de precios empeorarían las cosas. Las declaraciones llegan en un momento en el que la Unión Europea intenta forjar un acuerdo sobre formas de contener los crecientes costes de la energía.
Además, las preocupaciones sobre la seguridad del suministro de energía fueron en aumento este miércoles por una fuga en Polonia en el oleoducto Druzhba de Rusia que redujo el flujo de petróleo a Alemania. Según Polonia, la fuga fue causada por un accidente, pero ha servido para aumentar los miedos europeos cuando los 27 buscan dejar de depender de la energía rusa en respuesta a la invasión de Ucrania.
El oleoducto Druzhba, cuyo nombre significa "amistad" en ruso, es uno de los más grandes del mundo y suministra petróleo ruso a gran parte de Europa central, incluidos Alemania, Polonia, Bielorrusia, Hungría, Eslovaquia, República Checa y Austria. "Aquí podemos hablar de daños accidentales", dijo a Reuters por teléfono el principal funcionario de Polonia a cargo de la infraestructura energética, Mateusz Berger.
El enlace de gas Nord Stream que sirve a Alemania está actualmente fuera de servicio después de una fuga el mes pasado que tanto Rusia como Occidente han atribuido al sabotaje, sin identificar quién estaba detrás. Pese a las sospechas que recaen sobre Rusia, Putin ha considerado que las fugas en los dos oleoductos fueron un "acto de terrorismo internacional" que privaron a las personas de energía barata.
Según Putin, el gas aún podría ser suministrado por una parte del gasoducto Nord Stream 2, que sigue intacta, pero que la UE debería decidir si quería o no el gas, en referencia a la decisión de Alemania de cancelar el proyecto Nord Stream 2 después de que Rusia enviara tropas a Ucrania.
El impacto de los esfuerzos por usar menos energía rusa, además de los fuertes recortes en el suministro de Rusia, se han sentido en las 27 naciones de la UE, con precios del gas casi un 90% más altos que hace un año y temores de racionamiento y cortes de energía durante el próximo invierno.
Conversaciones
Ante la crisis, los ministros de energía de la UE se han dado cita en Praga para tratar de acordar nuevas medidas. La mayoría de los estados de la UE pretenden alcanzar un tope en el precio de la gasolina, pero no están de acuerdo con sus características. Algunos países, incluida Alemania, el mercado de gas más grande de Europa, siguen oponiéndose, argumentando que existe el riesgo de cortar el suministro.
Alemania y los Países Bajos presentaron sus propias propuestas antes de la reunión del miércoles en la capital checa, sugiriendo 10 medidas de la UE que incluyen un nuevo precio de referencia para el gas natural licuado, objetivos más estrictos para ahorrar gas y negociar precios más bajos con otros proveedores, como Noruega.
En toda Europa, los analistas han estimado el déficit de suministro de gas en casi el 15% de la demanda promedio de invierno y dijeron que Alemania necesitaba reducir el consumo de energía en alrededor de una quinta parte, con implicaciones preocupantes para la economía más grande de Europa.
La crisis energética ha tenido repercusiones en toda Europa, ya que las empresas han repercutido en los costes adicionales, lo que ha reducido los presupuestos de los hogares.
Los gobiernos también están tratando de averiguar cómo financiar las medidas de emergencia adoptadas para proteger a los clientes y suavizar las distorsiones causadas por el aumento de los precios.