Votar o violencia. Este es el trasfondo de los referendos convocados por Rusia en los territorios que mantiene ocupados en Ucrania, y que han comenzado este viernes. Las fuerzas rusas no han dudado en llamar a las urnas por la vía más coercitiva a los habitantes de Donetsk y Lugansk, en el Donbás, y de Zaporiyia y Jersón. Su fórmula ha sido la de acudir casa por casa para forzar a votar a los ciudadanos.
Esta primera medida buscaba en un principio persuadir a quienes no tenían intención de participar. El problema es que los soldados no están aceptando un 'no' por respuesta. Todo por conseguir más participación en unas consultas ilegales y no reconocidas por la comunidad internacional.
A esto hay que sumar que las autoridades ucranianas han denunciado que los soldados rusos han instaurado una suerte de confinamiento perimetral en las regiones que pretende anexionarse. Según aseguran, Moscú ha prohibido abandonar varias zonas de estos territorios hasta que se cierren las urnas en el cuarto y último día de referendo.
Después, ha sido el turno de estos grupos armados que están visitando las casas para exigir a la gente que vote. Una exigencia que realizan entre amenazas de agresión y de posibles castigos a quienes insistan en negarse a hacerlo. Familiares de los ucranianos que viven en esas zonas también han denunciado esta situación en redes como Twitter.
Los trabajadores de las ciudades ocupadas también están siendo amenazados. Aunque la consulta no tenga ninguna validez jurídica y solo está bien visto por Rusia, los empleados han sido amenazados con el despido de sus trabajos si no participan. Esto plantea un escenario basado en amedrentar a quienes no se sienten representados por los rusos en las dos zonas del Donbás, consideradas mayoritariamente prorrusas, y las otras dos ocupadas tras la invasión rusa en Ucrania iniciada en febrero.
Como se puede ver en los vídeos publicados en varios canales de Telegram afines a Ucrania, los soldados prorrusos no dudan en tocar las puertas de los ciudadanos mientras portan un fusil de asalto. En esas grabaciones se ve cómo los soldados suben las escaleras de algunos edificios acompañando a ciudadanos que ya han votado. Cuando se marchan, les acompañan otros civiles a los que han obligado a participar en el proceso para anexionar esos territorios al Kremlin.
En Ucrania 'pasan' de votar
Si Rusia no hubiera utilizado esta táctica de amenazar para conseguir más votos en los referendos, la población ucraniana que no es afín al Kremlin no habría acudido en masa a votar. Así lo aseguran fuentes de Inteligencia ucranianas, que han destacado que la población local los está "ignorando".
[Arrancan los referéndums en los territorios ocupados de Ucrania: Kiev habla de "coerción" y "pánico"]
Unas palabras que corresponden a un oficial de la Inteligencia del gobierno de Volodímir Zelenski, Andriy Yusov, que en declaraciones a CNN ha denunciado que los rusos "han traído a gente en autobuses desde Crimea" para que participen en las votaciones.
Esta no sería la única irregularidad descubierta por las fuerzas ucranianas. Según documentos rusos, el Kremlin habría organizado un dispositivo para permitir el voto de menores de 18 años en regiones como Donetsk. Para darle legitimidad a la enésima violación de la ley, estos jóvenes tienen que ir acompañados de sus padres o tutores para que su voto sea válido.
Un rasgo más de un proceso que ha sido rechazado por completo en Occidente. Aun así, las autoridades prorrusas presentes en Ucrania han celebrado el inicio de las votaciones como un hecho "histórico" que solo ocurre en siglos distintos.
Las estimaciones realizadas por Rusia apuntan a que habrá cientos de miles de votos en las distintas regiones. En Jersón, la participación alcanzaría a 750.000 personas. En Zaporiyia serían 500.000, siempre según las autoridades rusas. Todos los que participen tendrán que responder a la pregunta "¿Está a favor de que la región abandone Ucrania, crear un Estado independiente y ser parte de Rusia?".