Francia, que llevaba meses de relaciones complicadas con Argelia por su voluntad de expulsar a sus inmigrantes sin papeles, ha querido apaciguar el clima de tensión con dos gestos. El primero, ofrecerle medios aéreos y terrestres para luchar contra los incendios que asolan el país y que ya se han cobrado cerca de 40 muertos; y el segundo, la visita de Macron el jueves a su homólogo Abdelmadjid Tebboune para “profundizar en la relación bilateral en beneficio de la población de los dos países”, según ha anunciado el gobierno francés en un comunicado.
Así, Emmanuel Macron toma la delantera con respecto a España, que lleva meses de relaciones enquistadas tras reconocer la autonomía del Sahara. El presidente francés viajará a Argelia para tratar tres temas fundamentales: el gas, la inmigración y la situación regional, tratando de “reforzar la cooperación” entre ambos países.
El gobierno francés, para que la reunión llegue a buen puerto, ya ha dado pasos para complacer a Argelia. El pasado lunes, sin ir más lejos, retiró sus últimas tropas de la operación Barkhane de Malí, país fronterizo con Argelia, después de luchar durante más de nueve años contra grupos armados. Así, Macron pretende seguir el camino de Mario Draghi, que con dos visitas consiguió que Argelia fuera el primer suministrador de gas de Italia.
Asimismo, Macron incidirá también en “continuar el trabajo del apaciguamiento de las memorias” –según reconoce el Elíseo en un comunicado– en referencia a las continuas fricciones en torno a la historia del antes y el después de la independencia de Argelia.
La otra gran cuestión que se hablará será la postura de Francia sobre el Sahara y el cambio de posición de España, tema que ya estuvo presente en otra reunión en junio entre los jefes de la diplomacia de Francia, Catherine Colonna, y Ramtane Lamamra, de Argelia.
El gas, la mayor preocupación
El acercamiento de Francia se produce cuando restan semanas para que comience el otoño y los termómetros empiecen a bajar en todo el continente y lo hace, además, tras rechazar que se construya un gasoducto entre la Península Ibérica y Europa Central para proveer de gas a todo el viejo continente.
Francia sostiene que el conducto tardaría demasiado en ser construido y que no conseguiría responder a la crisis energética actual, generada por la invasión rusa a Ucrania y todas las sanciones posteriores. “Socavaría los objetivos contra la crisis climática”, argumentaron desde el gobierno francés.
Desde Francia apuestan por la construcción de una serie de alternativas com la construcción de terminales para buques cargados de gas natural procedentes de países del golfo Pérsico o Estados Unidos. “Requieren inversiones menores y son más rápidas”, han argumentado.
Ante esta coyuntura, Francia ha retomado las relaciones con Argelia para valorar la posibilidad de convertirse en socio preferente de cara a conseguir gas argelino, como ha hecho Italia. Adelantándose, a su vez, a España, que sigue sin tener contacto con Argelia desde que reconoció la autonomía del Sahara.