Nadie se responsabiliza de la muerte de 40 soldados ucranianos en una cárcel. Los gobiernos de Rusia y Ucrania han pasado el viernes culpándose mutuamente de la tragedia ocurrida en la prisión de Olenivka, en Donetsk, donde varios misiles han provocado una de las mayores tragedias de lo que va de conflicto. La cual es un crimen de guerra, según los estándares internacionales. Y en la que también se han registrado hasta el momento 130 heridos.
El anuncio de lo ocurrido lo han dado los prorrusos de Donetsk, que habrían sido los responsables de encarcelar a las víctimas del bombardeo. Según el viceministro de Información de los afines a Moscú, Daniil Bezsonov, las fuerzas ucranianas "por la noche dispararon contra la cárcel, presuntamente, con los (misiles) HIMARS". "Ahora se están levantando los escombros. Estas cifras pueden aumentar", apuntó Bezsonov sobre lo ocurrido en el centro, rebautizado por los prorrusos como Yelenovka.
Ucrania ha respondido horas después negando su responsabilidad en el ataque. Kiev ha asegurado que el armamento del que dispone ahora, la gran mayoría donado por los países occidentales, les permite realizar ataques de precisión. Por lo que no habrían alcanzado la prisión, en la que se encontraban varios miembros del batallón Azov. "Gracias a las armas de alta precisión recibidas de los países socios, (nuestras fuerzas) lanzan ataques extremadamente precisos solo contra objetos militares rusos", ha asegurado el mando de las Fuerzas de Misiles y Artillería del Ejército ucraniano.
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Según los servicios de inteligencia de Volodimir Zelenski, los culpables serían los miembros de la milicia privada rusa Wagner. "Según la información disponible, el ataque fue llevado a cabo por mercenarios de la Wagner", ha explicado la Dirección Principal de Inteligencia del Ministerio de Defensa en un comunicado recogido por el portal Ukrinform.
Los prorrusos han apuntado en sus acusaciones que los ucranianos han buscado "infundir miedo en los soldados ucranianos para que no se entreguen". "Es una burda provocación para meter miedo en las tropas ucranianas y evitar su rendición", ha señalado el Ministerio de Defensa ruso en un comunicado.
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La Fiscalía ucraniana lo investiga
Desde el lado ucraniano ya se ha abierto una investigación, liderada por la Fiscalía General, que partirá desde ese desmentido de Kiev de haber atacado un centro en el que estaban los suyos.
Para el Ejército ucraniano, que los rusos les culpen del ataque es una continuación de "sus métodos propagandísticos de llevar a cabo una guerra de información para acusar a las Fuerzas Armadas de Ucrania de bombardear la infraestructura civil y la población, ocultando así sus propias acciones insidiosas".
"Tales declaraciones sobre el presunto bombardeo de la infraestructura civil y la población por parte de las Fuerzas Armadas de Ucrania son puras mentiras y provocaciones cuya responsabilidad recae en Rusia, el país agresor, el ocupante y el patrocinador del terrorismo", dice el comunicado ucraniano.
De fondo, ucranianos y rusos pugnan por el control de dos zonas. Se trata de Jersón y el Donbás, donde las tropas de Zelenski están avanzando a diario gracias al impulso de las armas occidentales. Por el momento, uno de los mayores hitos del Ejércuto de Kiev ha sido el de recuperar el puente de Jersón.