Ranil Wickremesinghe se ha convertido en el nuevo presidente de Sri Lanka tras una votación secreta en el Parlamento este miércoles, después de que el exmandatario Gotabaya Rajapaksa se viese obligado a abandonar el cargo y salir del país en plena ola de manifestaciones por la crisis económica.
El presidente del Parlamento, Mahinda Yapa Abeywardena, anunció que Wickremesinghe obtuvo 134 apoyos de los 225 parlamentarios que debían decidir el futuro jefe de Estado de una nación sumida en una profunda inestabilidad política y financiera.
Dullas Alahapperuma, que también contaba con el apoyo de una parte del Sri Lanka Podujana Peramuna (SLPP) y del líder opositor Sajith Premadasa, se hizo por su parte con 82 votos mientras que el tercer candidato en liza, Anura Kumara Dissanayake, de la coalición izquierdista NPP, tan solo obtuvo tres apoyos.
"Nuestro país está en una crisis económica y tenemos que introducir un nuevo programa. Se lo pido especialmente a Dullas y Anura Dissanayake", dijo Wickremesinghe en el Parlamento tras darse a conocer los resultados de la votación.
El político, que subrayó su presencia en la Cámara desde hace 45 años y ha sido cinco veces primer ministro, pidió a ambos candidatos y a otros políticos que trabajen juntos para sacar al país de la crisis. "Ahora, el tiempo para nuestras divisiones se ha acabado. Estoy listo para conversar con todos vosotros", señaló el nuevo presidente esrilanqués.
El político dirigirá el país hasta 2024, completando así el mandato del depuesto Gotabaya Rajapaksa, a los mandos de un Gobierno que deberá retomar las conversaciones con el Fondo Monetario Internacional (FMI) sobre un posible rescate financiero.
El político accedió inicialmente al cargo de primer ministro del Gobierno de Rajapaksa en sustitución del hermano del exdirigente, Mahinda Rajapaksa, que se vio obligado a abandonar el puesto el pasado 9 de mayo cuando sus seguidores atacaron a manifestantes en Colombo.
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Eterno presidenciable de 73 años, cinco veces primer ministro de Sri Lanka y que ha rozado al menos siete veces la jefatura de Estado sin lograr nunca imponerse, el político debe enfrentarse ahora al descontento de unos manifestantes que reclaman su dimisión desde que accedió al puesto de primer ministro el pasado mayo.
Rechazo de la población
"El país entero no quería que Ranil resultase elegido, porque es una persona que ha sido rechazada. No llegó al Parlamento gracias al voto de los esrilanqueses, sino porque Gotabaya Rajapaksa quería darle una oportunidad", explicó a Efe Rifas Mohamed Farook, uno de los manifestantes de la acampada del parque Galle de Colombo, epicentro de las protestas. "Ahora la mayoría (de los manifestantes) opina que no nos podremos marchar, tenemos que protestar más hasta que se vaya" del poder, dijo Farook.
Durante sus 45 años de trayectoria parlamentaria, Wickremesinghe ha ocupado hasta en cinco ocasiones el puesto de primer ministro de Sri Lanka. Durante las elecciones presidenciales de 2019, que dieron el poder a Gotabaya Rajapaksa, Wickremesinghe sufrió una dura derrota y parecía relegado a la oscuridad política después de que su formación, el Partido de Unidad Nacional (UNP), obtuviese apenas un 2,15 % de los votos en las elecciones parlamentarias de 2020. Único representante del UNP en el Parlamento, Wickremesinghe esperó hasta que el clan Rajapaksa le tendió la mano para ser primer ministro de nuevo.
El país isleño sufre desde hace meses escasez de medicamentos, alimentos y combustible, provocada en parte por el gran endeudamiento, erradas políticas gubernamentales, y el impacto de los atentados de Pascua y la pandemia en el turismo.
Esta situación dio lugar a protestas por toda la isla desde finales de marzo, cuando miles de personas comenzaron a salir a las calles para pedir la dimisión de Rajapaksa, y que el pasado 9 de julio culminaron en la irrupción de las residencias oficiales de Rajapaksa y de Wickremesinghe, obligando al presidente a abandonar su cargo y el país.
Aunque ambos comunicaron ese mismo día que presentarían sus renuncias para permitir la formación de un nuevo Gobierno que devolviera la confianza de la nación y los acreedores, solo Rajapaksa confirmó dos días después que mantenía en pie su decisión. Por el contrario, Wickremesinghe entró en una carrera política de la que hoy ha terminado saliendo vencedor, y que le llevará a encabezar un Gobierno que deberá retomar las conversaciones con el Fondo Monetario Internacional (FMI) sobre un posible rescate financiero.