La etapa de Donald Trump como presidente de Estados Unidos ha provocado un giro total en las expectativas del Partido Republicano. La apuesta por dejar atrás la moderación para optar por los postulados más extremistas de la ultraderecha no ha tenido un efecto negativo. De hecho, este discurso es el que ha permitido que se produzcan situaciones que hasta ahora eran inéditas. Como que mujeres latinas con opiniones claramente extremistas reciban un respaldo mayoritario en las urnas de un estado como Texas.
Eso es lo que ha ocurrido con la figura de Mayra Flores, que se convirtió hace unas semanas en la primera latina republicana capaz de ganar un asiento en el Congreso por Texas. Una victoria con la que se dio carpetazo a la histórica estrategia del partido de Trump en el estado del Río Grande, donde se apostaba por un enfoque moderado para atraer a los votantes hispanos.
Los cuatro años del magnate y el apoyo a discursos como el de Flores, que abraza las teorías de la conspiración y pone la religión por delante de todo, evidencian que el electorado ya no se espanta con esos discursos. Un cambio de tendencia que se ha consumado gracias a otras dos mujeres latinas con ideas similares a la congresista. Entre las tres, conforman la llamada "triple amenaza". Una denominación que les dieron miembros del Partido Republicano.
Defensoras del "sueño americano"
Además de Flores, las otras dos miembros de esta grupo tan singular son Mónica de la Cruz y Cassy García, que buscan hacerse con cargos legislativos en McAllen y Laredo respectivamente, territorios que están en la frontera con México. Ese bautismo conjunto por parte de su propio partido responde a sus coincidencias en materia de inmigración, las elecciones de 2020 o el derecho al aborto.
La relación entre ellas es tan estrecha que comparten gran parte de los recursos con los trabajan a diario. Los asesores son prácticamente los mismos para las tres. También han realizado campañas conjuntas de recogidas de fondos. Y han salido a buscar el voto repartiéndose las calles en las que iban tocando el timbre de posibles votantes para sus candidaturas.
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Sus historias vitales también son muy parecidas. Las tres, que son bilingües en español e inglés, crecieron en el valle del Río Grande. Un lugar donde los hispanos representan el 93% de la población y en el que la clase trabajadora es mayoritaria. Este historial es el que suelen emplear para presentarse como la encarnación del sueño americano, al provenir de familias humildes y ahora aspirar a cargos importantes.
QAnon y las conspiraciones
Aunque si hay algo que las tres comparten es su defensa de varias conspiraciones. Ya sea con evasivas o con respuesta muy claras, Flores, García y De la Cruz han puesto en cuestión el resultado electoral de 2020 por el que Joe Biden llegó a la Casa Blanca. La primera ha definido al actual presidente de EEUU como "el peor", a la vez que ha tachado al Partido Demócrata de "la mayor amenaza que EEUU enfrenta".Otra de las cuestiones de las que han hecho bandera es QAnon, la gran teoría de la conspiración de un supuesto "estado profundo" contra Donald Trump y sus seguidores.
A través de mensajes en Twitter, Flores fue una de las más activas en este sentido. Cuando fue preguntada por si respaldaba este planteamiento, aseguró que solo lo hizo "para llegar a más personas". Y aunque rechazó sumarse expresamente a esta corriente, sus mensajes la contradicen. Por ejemplo, cuando tuiteó "¡Ganamos y lo vamos a demostrar!" tras la derrota de Trump frente a Biden en 2020. O cuando llegó a decir que el asalto al Capitolio del 6 de enero de 2021 era un "montaje".
A pesar de su fuerza política y mediática, su futuro en las instituciones de EEUU no está claro. Flores ha alcanzado el poder en una elección especial por la retirada de un congresista demócrata. Ahora, aspirará a un mandato completo frente al demócrata Vicente González.
García también tendrá enfrente a un rival duro como Henry Cuellar, demócrata pero de carácter conservador. Por último, De la Cruz opta a un asiento en la Cámara de Representantes. Ella será la que lo tenga más difícil, al luchar con Michelle Vallejo, que es del ala progresista de los demócratas.
Los estrategas de los republicanos creen que las tres miembros de la "triple amenaza" apuntalarán ese desplazamiento del votante hispano hacia la derecha. El lema "Dios, familia, país" de Flores es el que abonaría el terreno para no buscar la moderación. Algo que los demócratas discuten, ya que sostienen que las tres saldrán derrotadas cuando llegue el momento de las elecciones.