Después de ocho semanas de guerra, la 'Operación especial' de Rusia ha entrado en una nueva fase y el Kremlin ha lanzado su gran ofensiva en el Donbás. Así lo ha manifestado el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, que este lunes por la noche ha informado a su país de que Rusia "ha empezado la gran batalla por el Donbás", en alusión a la esperada gran ofensiva del Ejército ruso para controlar todo el este del país.
"Podemos confirmar que las tropas rusas han comenzado esa batalla", aseguró, en un mensaje difundido por vídeo, difundido por el canal informativo Ukrinform, para añadir a continuación que los soldados ucranianos "batallarán" y que "no cederán" nada del territorio del país.
"El Ejército ruso ha concentrado gran parte del total de sus efectivos ahí para concentrarse en su ofensiva", asegura, para sostener luego que "no importa cuantas tropas rusas se desplieguen: nosotros lucharemos" inisiste en la grabación, de la que se ha hecho eco Efe.
El mensaje del líder ucraniano sigue a los bombardeos registrados durante todo este lunes en el Donbás y después de que a primera hora de la mañana el gobernador regional de Lugansk, Serhiy Gaidai, proclamara el inicio de la ofensiva en una de sus ciudades, Kreminna. "La situación ha cambiado radicalmente", anunció entonces Gaidai, a través de Telegram, para informar de los primeros combates en las calles.
El Kremlin ha reconocido que ha bombardeado cientos de objetivos en Ucrania haciendo uso de misiles y artillería, allanando de esta forma el terreno para la gran arremetida que pretende lanzar en el este del país.
Oleksiy Danilov, secretario de Seguridad Nacional y Defensa de Ucrania, lo ha confirmado en Twitter a través del siguiente mensaje: "Esta mañana ha comenzado una nueva fase de la ofensiva rusa que se ha hecho notar a lo largo de todo el frente de batalla, los invasores han intentado derrumbar nuestras defensas".
Y añadía a modo de advertencia: "Nuestros militares siguen defendiendo el país, no vamos a rendirnos ni vamos a ceder nuestros territorios".
En paralelo a la alarma en el este del país, desde Leópolis, en el oeste y a 80 kilómetros de la frontera con Polonia, se reportaron asimismo ya por la mañana cinco ataques con misiles, que dejaron al menos siete muertos.
Especialmente dramática es la situación en Mariúpol, la estratégica ciudad portuaria del Mar Negro, que sufre a diario los bombardeos rusos desde el inicio de la invasión, el 24 de febrero. Las autoridades ucranianas informaron este lunes, por segundo día consecutivo, de que no es posible abrir corredores humanitarios para proceder a la evacuación de los civiles porque, según Kiev, por parte de Rusia no hay garantías de seguridad.
La viceprimera ministra, Iryna Vereshchuk, instó a través de la cuenta oficial en Telegram a Rusia a abrir uno de estos corredores humanitarios para posibilitar esas operaciones.
Según fuentes ucranianas, en una acería de Mariúpol hay cerca de un millar de civiles refugiados. Ahí se encuentran también atrincherados los últimos soldados ucranianos que tratan de resistir el ataque ruso a esa ciudad.
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