Apenas habían transcurrido unas horas del lanzamiento de la primera bomba. El mundo miraba con asombro a Ucrania, bajo asedio desde las seis de la mañana del 24 de febrero. Las amenazas de Vladímir Putin se convertían en realidad y el ejército ruso había comenzado la invasión, con especial empeño en Kiev.
De la capital ucraniana llegaban las primeras imágenes de bombardeos, de helicópteros de ataque llegados desde la cercana frontera de Bielorrusia percutiendo una y otra vez sobre la ciudad de Vitali Klitschko, las primera tropas de asalto sobre el terreno, de los primeros y, también, de los primeros actos impropios de seres humanos.
Probablemente fue el primer vídeo que sobrecogió al mundo, la primera imagen de la brutalidad de la guerra que Europa había olvidado desde los Balcanes a finales del siglo pasado. Probablemente fue el primer vídeo que recorrió como la pólvora las redes sociales del mundo entero, que nos abrió los ojos, que nos hizo fruncir el ceño de auténtica preocupación.
En el distrito de Obolón de Kiev, al noroeste de la capital, un blindado identificado como un 9K35 Strela-10, aparece en el plano por una carretera convencional, como si fuera un vehículo más dirigiéndose a la oficina a primera hora de la mañana. De carril contrario, un utilitario, tamaño normal, color normal, sin ningún tipo de elemento diferenciador o consigna política alguna visible, avanza con absoluta normalidad. Todo tranquilo, hasta que el blindado gira bruscamente, atraviesa la mediana y arrolla y aplasta completamente al coche y a su único ocupante.
"No fue por casualidad, fue por diversión. No había necesidad de esto. Se detuvo, dio marcha atrás de nuevo y siguió conduciendo”, declaró poco después del suceso Viktor Berbash, un vecino de 58 años que ayudó en las labores de rescate del ocupante del coche que no sólo consiguió salir con vida sino que en otro vídeo aparecía incluso en buen estado después de que le pasara un tanque por encima.
Víctimas civiles
Desde que comenzó la invasión de Ucrania el 24 de febrero, la Organización de Naciones Unidas ha confirmado al menos 1.151 muertos y 1.824 heridos entre la población civil. Sin embargo, desde la propia ONU reconocen que estas cifras están lejos de los números reales, ya que tanto la situación dentro del país como la desinformación o la falta de transparencia en las cifras que ofrecen Ucrania y Rusia hacen muy compleja cualquier labor para constrastar la realidad.
La Oficina del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos (Acnudh) ha contado entre los fallecidos 229 hombres, 171 mujeres, 34 niños y 15 niñas, así como 648 adultos y 54 menores cuyo sexo se desconoce. El documento publicado también detalla que de los heridos 203 son hombres, 152 mujeres, 34 niñas y 26 niños.
La Acnudh precisa que en el territorio controlado por las autoridades ucranianas –en particular, la capital y las regiones de Kiev, Cherkasy, Chernígov, Járkov, Jersón, Nikolaev, Odesa, Sumy, Zaporizhzhia, Dnipropetrovsk y Zhitómir– fallecieron 774 civiles, mientras otras 896 personas resultaron heridas.
En las regiones separatistas y rusoparlantes de Donetsk y de Lugansk 377 personas perdieron la vida y 928 resultaron heridas, de ellos 60 muertos y 228 lesionados corresponden al territorio controlado por las repúblicas populares y 317 fallecidos y 700 heridos, a las zonas bajo el control de Kiev.
También se indica que la mayoría de las víctimas registradas "se debieron al uso de armas explosivas con una amplia área de impacto, incluidos los bombardeos de artillería pesada y sistemas de lanzamiento múltiple de cohetes, ataques aéreos y con misiles".