El presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, habría sobrevivido supuestamente a tres intentos de asesinato la pasada semana por parte de dos grupos de mercenarios diferentes enviados por el Kremlin. Según la información publicada por el diario británico The Times, Rusia habría enviado hasta dos equipos distintos para matar al presidente ucraniano: uno perteneciente al grupo Wagner, mercenarios respaldados por Putin, y otro compuesto por fuerzas especiales chechenas.
Según el medio, ambos ataques habrían sido abortados por miembros del servicio de Seguridad Federal de Rusia (FSB) que se oponían a la ejecución del plan.
Los mercenarios de Wagner habrían sufrido numerosas bajas en el intento de asesinato del presidente ucraniano. Siempre acorde a la historia de The Times, los mercernarios rusos quedaron sorprendidos ante la capacidad de Ucrania de anticiparse a sus movimientos. De hecho, el periódico cita a una fuente cercana al grupo que considera "intrigante" lo bien informado que parece estar el equipo de seguridad que protege a Zelenski.
El intento frustrado de asesinar a Zelenski tuvo lugar el pasado en las afueras de Kiev, donde un equipo de mercenarios chechenos fue asesinado antes de llegar al propio presidente.
Oleksiy Danilov, secretario del Consejo de Defensa y Seguridad Nacional de Ucrania, dijo a los canales de televisión ucranianos que los espías rusos les habían informado sobre los planes del asesinato. "Puedo decir que hemos recibido información del FSB, que no quieren participar en esta guerra sangrienta", dijo Danilov, que agregó que "gracias a esto, el grupo de elite Kadyrov fue destruido, tras haber venido a eliminar a nuestro presidente".
Los mercenarios de Wagner desconocían a los asesinos chechenos, pero llevaron a cabo sus propios intentos de decapitar al gobierno, después de estar incrustados en Kiev durante más de seis semanas, rastreando las actividades de 24 objetivos ucranianos de alto perfil.
Se le había dicho que esperasen a la llegada de los Spetsnaz, las fuerzas especiales rusas, para proporcionarles un corredor seguro fuera de Kiev una vez que se hubiera completado el asesinato. Creían que el asalto a Kiev proporcionaría una distracción y una oportunidad para completar su misión. Los mercenarios se han visto sometidos a una feroz presión por parte de Moscú para cumplir con sus operaciones, y también para asegurar una victoria visible para Putin.
Una fuente cercana a los mercenarios en Kiev insiste en que, a pesar de la pérdida de parte del grupo en operaciones fallidas durante la semana, los números siguen de su lado, con casi 400 hombres en la capital. "Solo hace falta que uno de ellos tenga suerte para que todos se vayan a casa con una bonificación", le dijeron al medio británico. Las informaciones apuntan a que los mercenarios habrían elaborado planes para otro intento de asesinato del presidente ucraniano antes del fin de semana.
Un último grupo de 400 mercenarios cruzó la frontera desde Bielorrusia y se coló en la capital, Kiev, antes de finales de enero. Una fuente diplomática dijo a The Times que, aqunque los Spetsnaz estaban mejor equipados, un asesinato llevado a cabo por mercenarios del grupo Wagner sería más difícil de rastrear hacia el Kremlin.