La contienda entre Alemania y Rusia por el gasoducto Nord Stream 2 ha tenido este martes un nuevo capítulo con el anuncio de Alemania de paralizar su proceso de certificación. La disputa, mientras tanto, afecta a toda Europa, con el precio del gas elevándose al tiempo que aumenta también la presión en las fronteras con Ucrania, Polonia, Lituania y Letonia.
Un comunicado de la Agencia Federal de Redes de Alemania informó de la suspensión de forma provisional del proceso de certificación, sin la que el gasoducto no puede empezar su funcionamiento a riesgo de ser sancionado.
El gasoducto transporta directamente gas ruso hacia Europa occidental a través de Alemania sin pasar por Ucrania y ha estado rodeado de una gran polémica, con la oposición inicial de Estados Unidos, que el pasado julio dio su visto bueno a cambio de la protección del suministro energético ucraniano.
Pese a su negativa temporal, la Agencia indica que la compañía Nord Stream 2AG, con sede en Suiza, creará una subsidiaria bajo derecho alemán para gestionar el tramo alemán del gasoducto, adoptando así una forma legal conforme al derecho alemán. La Bundesnetzagentur explicó que el proceso de certificación permanecerá paralizado hasta que la compañía complete la transferencia de activos y personal a la subsidiaria alemana.
Sube el precio del gas
Una de las consecuencias más trascendentes del pulso entre Alemania y Rusia es el alza del precio del gas. El natural TTF subió este martes un 10,9%, cerrando por encima del umbral de 90 euros el megavatio hora (MWh).
Hace menos de una semana estaba en 69,90 y no marcaba un nivel como el actual desde el 20 de octubre pasado. De hecho, terminó la negociación en 90,4 euros por MWh frente a los 81,5 euros en los que cerró el lunes. Desde el pasado viernes, el gas natural acumula una subida de 20 euros por MWh.
El alto precio del gas natural, junto con el aumento de los costes de emisión de dióxido de carbono (CO2), es la causa de los elevados precios que hay en Europa en los mercados mayoristas de electricidad.
Tensión en la frontera
El efecto de la disputa, sin embargo, está yendo mucho más allá. Con la intención de acelerar el proceso, Rusia está incrementando la presión. Este martes, el alto representante de la UE para la Política Exterior, Josep Borrell, afirmó que los ministros de Defensa comunitarios, reunidos en un Consejo en Bruselas, iban a analizar la tensión en la frontera entre Ucrania y Rusia, donde Kiev acusa a Moscú de haber concentrado miles de tropas. Borrell había destacado su preocupación por la situación en esa frontera, donde Ucrania asegura que hay cerca 90.000 soldados rusos.
A esa pugna se ha Bielorrusia. Alexandr Lukashenko, su presidente, habló por teléfono con su homólogo ruso, Vladímir Putin, de la situación en la frontera bielorruso-polaca, donde están varados varios miles de migrantes que buscan entrar en la Unión Europea (UE). "Durante la conversación de los líderes se abordó ante todo la situación en la frontera bielorruso-polaca, así como acciones conjuntas para la defensa de las fronteras de la Unión Estatal (de Rusia y Bielorrusia)", señaló la agencia oficial bielorrusa, Belta.
Mientras, el ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, afirmó en una rueda de prensa que Rusia "hace todo" para ayudar a resolver la crisis migratoria en la frontera, que la UE considera una "guerra híbrida" lanzada por Lukashenko.
Posición de la UE
Esta misma semana, los ministros de Exteriores de la UE han empezado a preparar el terreno legal para poder imponer las primeras sanciones a un país por "instrumentalizar" a migrantes a fin de ejercer presión política, en este caso a Bielorrusia, a quien acusa de empujar a esas personas a atravesar sus fronteras exteriores.
Ante las acciones del régimen bielorruso, que promueve vuelos desde Oriente Medio a Minsk para después llevar a los pasajeros hasta las fronteras de Bielorrusia con Lituania, Polonia o Letonia, la UE ha decidido dar un paso más.
El titular español de Exteriores, José Manuel Albares, en una rueda de prensa al término del Consejo de ministros comunitarios, aseguró que el régimen de Alexandr Lukashenko está realizando una estrategia para desestabilizar a la UE empleando métodos al margen de la tradición bélica como la presión por medio de desinformación o la utilización de personas en sus fronteras.
Polonia mira a la OTAN
El gobierno polaco estudia la posibilidad de pedir a la OTAN que active el artículo 4 del Tratado que garantiza el principio de defensa mutua entre aliados. Tras una reunión de varias horas del Gabinete de Seguridad Nacional polaco, el portavoz presidencial, Jakub Kumoch, confirmó que la decisión de recurrir a la ayuda de los aliados de la OTAN en la crisis fronteriza "está sobre la mesa".
Grupos de migrantes indocumentados que se concentran en la frontera bielorruso-polaca se trasladaron a un centro de acogida abierto en la región de Grodno por orden de Bielorrusia. Lukashenko ordenó al gobernador de la región bielorrusa que organice una estancia para pasar la noche para las mujeres y los niños que se encuentran en la frontera, según informó el canal de Telegram asociado a la Presidencia de Bielorrusia.
"No es suficiente con que expresemos públicamente nuestra preocupación. Ahora necesitamos pasos concretos y el compromiso de toda la alianza", aseveró el primer ministro polaco, Mateusz Morawiecki, en alusión a una eventual activación de ese compromiso.
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