Diplomáticos de la embajada de EEUU en Afganistán alertaron el pasado mes de julio al secretario de Estado, Antony Blinken, del riesgo de que Kabul cayera en manos de los talibanes poco después de que las tropas estadounidenses se retiraran del país a finales de agosto.
Según The Wall Street Journal, 23 diplomáticos de la embajada de EEUU en Kabul avisaron en una comunicación interna a Blinken de la posibilidad de un rápido avance de los talibanes y del colapso de las fuerzas de seguridad afganas, como finalmente ocurrió. En ese documento, fechado el 13 de julio, también instaban al Departamento de Estado a usar un lenguaje más duro para describir las atrocidades cometidas por los insurgentes.
Los diplomáticos también pidieron al Departamento de Estado que empezara a recopilars cuanto antes los datos necesarios para evacuar a los afganos que trabajaron para los estadounidenses durante 20 años como intérpretes o traductores y que tienen derecho a unos visados especiales para refugiarse en EEUU. Además, consideraron necesario comenzar los vuelos de evacuación como tarde el 1 de agosto.
Washington inició la retirada de sus tropas de Afganistán en mayo, pero se vio obligado a acelerar las labores de evacuación el 14 de agosto, solo un día antes de que los insurgentes entraran en Kabul sin encontrar resistencia, con casi todas las provincias bajo su control, y tras la huida del hasta ahora presidente afgano, Ashraf Ghani.
La comunicación se hizo a través de un llamado “memorándum de disenso”, que los diplomáticos estadounidenses usan para expresar preocupación sobre políticas en las que no se sienten escuchados. Esos documentos suelen ser revisados por el secretario de Estado.
La existencia de ese documento casi con seguridad aumentará el debate sobre por qué Washington no pudo predecir el colapso del Gobierno y el Ejército afganos y, sobre todo, de quién es la culpa.
En julio, el presidente de EEUU, Joe Biden, dijo que la caída del Gobierno afgano y la victoria total de los talibanes era “altamente improbable”, y apuntó a la supuesta fortaleza de las fuerzas armadas afganas, en cuyo entrenamiento y equipamiento Washington ha invertido más de 83.000 millones de dólares.
El gobernante también prometió que la salida se haría de manera ordenada, lejos de las imágenes caóticas de la caída de Saigón (actual Ho Chi Minh) que puso fin a la guerra de Vietnam en 1975.
Sin embargo, este miércoles, Biden en una entrevista con la cadena ABC News dio marcha atrás en sus declaraciones anteriores y defendió que no había forma de retirarse de Afganistán sin desatar el "caos".
El jefe del Estado Mayor de la Defensa, general Mark Milley, también ha dicho que era imposible predecir que el colapso del Ejército y del Gobierno afganos se produciría en solo 11 días, como finalmente ocurrió.