La ofensiva de los talibanes para hacerse con Afganistán ha concluido con su entrada en Kabul y la toma de palacio presidencial. Los talibanes recuperaron este domingo el control de Kabul después de casi veinte años de guerra, con la entrada de sus combatientes en la capital sin encontrar resistencia, mientas el presidente, Ashraf Ghani, abandonaba Afganistán para evitar "un derramamiento de sangre" entre la población.
Cuando está a punto de cumplirse el 20 aniversario del atentado contra las torres gemelas en Nueva York, los talibanes han vuelto a hacerse con el poder en Afganistán. El grupo tomó por primera vez Kabul en 1996, e impuso un régimen integrista islámico que se extendió al 90 por ciento del territorio hasta que fueron expulsados del poder en 2001 por fuerzas opositoras afganas ayudadas por EEUU.
En esta ocasión, la llegada a Kabul se enmarca en una ofensiva relámpago en la que los talibanes han ido estrechando en sólo unos días el cerco sobre Kabul, donde comenzaron a entrar por diversos frentes a primera hora de este domingo. Las últimas plazas en caer, este mismo sábado, fueron Gardiz, Nilli y Jalalabad, la quinta ciudad más grande de Afganistán y la más importante de la zona este.
Los talibanes se habían apostado este domingo al norte, oeste, y sur de los límites de Kabul, marcando el asedio en casi todo el perímetro de la ciudad y con casi todas las provincias vecinas bajo su control, a la espera de una transición de poder pacífica.
El ministro del Interior afgano, Abdul Satar Mirzakwal, había asegurado que Kabul no sería atacada, "ya que se acordó que la seguridad y el poder político de la ciudad de Kabul se entregarán pacíficamente bajo una administración de transición", según reveló en una declaración en vídeo.
El acecho de los talibanes había aumentado la presión para tratar de encontrar una salida de urgencia de parte de la población ante la probable caída de la ciudad, un temor que se cernía sobre funcionarios públicos, académicos, periodistas y, sobre todo, entre aquellos que han trabajado con alguno de los países que enviaron tropas a Afganistán para combatir a los insurgentes.
Finalmente, en la tarde de este domingo, los talibanes tomaban la ciudad y poco después se conocía que el presidente de Afganistán, Ashraf Ghani, había abandonado el país para evitar "un derramamiento de sangre". "Para evitar un derramamiento de sangre, pensé que era mejor marcharme", explicaba Ghani en un comunicado, en sus primeras declaraciones públicas desde su marcha repentina.
Tras su entrada en la capital, los talibanes tomaban el poder del palacio presidencial, evocando una imagen de hace más de 20 años.
Evacuaciones y vuelos cancelados
La salida del presidente ha precipitado y acelerado los planes de evacuación que ya estaban en marcha y tanto Estados Unidos como varios países occidentales han trasladado al aeropuerto de Kabul a todo el personal de sus embajadas en la capital afgana, que se ha convertido en una oficina diplomática provisional.
Además, todos los vuelos comerciales con salida desde el Aeropuerto Internacional de Kabul han sido suspendidos este domingo. Únicamente los aviones militares tienen el permiso de volar en el espacio aéreo afgano para seguir con las evacuaciones del personal de embajadas y ciudadanos que huyen del país.
En declaraciones a la cadena ABC News, el secretario de Estado estadounidense, Anthony Blinken, ha detallado que se está trabajando "para que nuestro personal está seguro y a salvo. Estamos trasladando a los hombres y mujeres de nuestra embajada a un lugar en el aeropuerto".
España ha asegurado que evacuará también de Afganistán a todo el personal de su embajada -una decena de trabajadores- y a centenares de afganos que colaboraron durante las misiones militares y los proyectos de cooperación españoles.
A última hora de este domingo, el ministerio de Defensa ha informado de que este mismo lunes saldrán 2 aviones A400 desde España con destino Dubái para cubrir la primera fase de repatriación del personal de la embajada, de los españoles que quedan en ese pais así como de todos aquellos afganos y sus familias que durante años han colaborado con España.
El Gobierno francés adoptó la misma medida con la embajada de Francia en Kabul, que ha sido trasladada al aeropuerto "para proceder a la evacuación de los franceses que aún se encuentran" en Afganistán.
"Debido a la enorme y rápida degradación de la seguridad en Afganistán, las autoridades francesas han decidido desplazar su Embajada dentro del aeropuerto de Kabul, por lo que sigue activa para proceder a la evacuación del conjunto de franceses que aún están" en el país, anunció en un comunicado el ministro francés de Exteriores, Jean-Yves Le Drian.
Trambién otros países como Italia o Alemania han informado de que iniciarán la evacuación en las próximas horas de "cuantas personas sea posible".
Reunión de urgencia de la OTAN
Asimismo, el Consejo de Seguridad de la ONU mantendrá este lunes una reunión de urgencia para abordar lo ocurrido en Afganistán.
Las misiones de Estonia y Noruega en Naciones Unidas, actualmente encargadas de los asuntos de Afganistán en el Consejo de Seguridad, han detallado que la reunión entre los quince miembros del organismo tendrá lugar a las 14.00 GMT y que incluirá una breve intervención del secretario general, Antonio Guterres.
La caída de la mayoría del país en manos de los talibanes ha ocurrido poco después de que en mayo las fuerzas de EEUU y de la OTAN comenzaran la fase final de la retirada, entregando todas sus bases militares a las fuerzas afganas.
El pasado viernes, Guterres había urgido a los talibanes a detener su ofensiva y negociar con el Gobierno de Afganistán, avisando que si tomaban el poder por la fuerza se verían abocados a más guerra o a un total aislamiento internacional.
"El mensaje de la comunidad internacional a quienes están en pie de guerra debe ser claro: tomar el poder por la fuerza militar es una propuesta perdedora. Eso sólo puede llevar a una guerra civil prolongada o al total aislamiento de Afganistán", señaló Guterres en declaraciones a los periodistas.