El líder de la oposición rusa, Alexéi Navalny, ha denunciado un continuo acoso por parte de los funcionarios de prisiones desde que ingresara a finales de febrero en una cárcel en la región Vladímir, donde suma ya diez amonestaciones por supuesto mal comportamiento.
"En mi cartera de tipo malo figura lo siguiente: ya ha sido reconocido como propenso a la fuga; cuatro amonestaciones en dos semanas en la prisión preventiva de Kolchúguino; seis amonestaciones en dos semanas en el centro penitenciario Número 2 Pokrov", escribió Navalny en su cuenta de Instagram.
Además, añadió, las autoridades carcelarias están revisando una veintena de informes sobre infracciones, que incluyen el haberse levantado 10 minutos antes de lo previsto; negarse a hacer gimnasia y escuchar una videoconferencia, y acudir a la reunión con los abogados en camiseta.
"Las amonestaciones las impone una comisión disciplinaria de siete personas. Cuando me leen la cartilla, sentados bajo el retrato de (el presidente ruso, Vladímir) Putin, recuerdo cómo en la escuela me daban reprimendas en el consejo de profesores (soviético). Es muy parecido", dijo.
Navalny, quien acusa al "funcionario del Kremlin", en clara alusión a Putin, de trazar para él "un plan de castigo", recuerda que en las prisiones hay que evitar las amonestaciones y la celda de castigo, donde las condiciones "son cercanas a la tortura".
El opositor, que cumple dos años y medio de cárcel, denunció la pasada semana que las autoridades carcelarias han ignorado sus insistentes peticiones de ser examinado por un médico independiente de un "agudo dolor en la espalda", que se ha extendido a la pierna derecha y le impide andar.
Además, acusó a los funcionarios de prisiones de someterle a tortura por "privación de sueño" al despertarle cada hora todas las noches.
"Considero que el empeoramiento de mi estado de salud es una consecuencia directa de la acción e inacción de los funcionarios de los servicios penitenciarios destinada deliberadamente a negarme la debida asistencia médica y minar mi salud", afirmó.
Su esposa, Yulia Naválnaya, se dirigió a Putin en las redes sociales para que libere "inmediatamente" al político, aunque el Kremlin le recomendó dirigirse a los servicios penitenciarios.
El Krelin reiteró hoy las cuestiones médicas de Navalny no son competencia de la Presidencia rusa y remitió todas las preguntas al Servicio Federal Penitenciario (SFP).
Miembros del Patronato Social de Presos visitaron a Navalny y concluyeron que el opositor "camina sin ayuda", aunque establecieron que "le duele la pierna" y confirmaron que les pidió ayuda para recibir inyecciones "a fin de aliviar el dolor".
Navalny, de 44 años, llamó "campo de concentración" al centro penitenciario en el que entró el pasado día 11 de marzo para cumplir su condena, que la oposición y Occidente considera fabricada.
El opositor, que estuvo a punto de morir cuando fue envenenado en agosto pasado en Siberia, acusa a Putin de haber ordenado su asesinato al Servicio Federal de Seguridad (FSB, antiguo KGB).