Un día más, un día menos. Ese podría ser un buen resumen para el recuento electoral en Estados Unidos, que desde el miércoles parece el día de la marmota. Los cinco estados clave que quedan por despejar sus resultado (Alaska es claramente republicana) han ido subiendo el porcentaje de conteo poco a poco.
La balanza parece decantarse lentamente pero con paso decidido, como una tortuga, del lado del candidato demócrata, Joe Biden. Pero siendo precisos ambas campañas tienen todavía posibilidades, aunque las de Donald Trump se van agotando con cada actualización de los datos.
Además de las medidas aplicadas por la Covid-19, las declaraciones del todavía presidente sobre un presunto fraude electoral ha relentizado más aún el conteo. Los supervisores han puesto los cinco sentidos en cada papeleta que se abre en los distintos condados, aumentando la lentitud para que se despeje la incógnita de quién ocupará el despacho oval los próximos cuatro años.
La estrategia judicial de Trump para detener el recuento en aquellos estados donde está por delante ha perdido fuerza este viernes. El magnate ha visto como el candidato demócrata le ha adelantado, por lo que si se parase de contar no revalidaría su cargo.
El magnate está convencido de que su estrategia saldrá adelante: "Tuve una gran ventaja en esos estados en la noche de las elecciones, pero desaparecieron milagorsamente a medida que pasaban los días. ¡Quizás regrese a medida que avancen nuestros procedimientos legales!", escribía este viernes en su cuenta de Twitter.
Biden lidera el conteo frente al presidente Trump en los estados clave de Nevada, Arizona y Pensilvania, este último el premio más codiciado de las elecciones que podría entregarle la Casa Blanca, además de Georgia, donde habrá un nuevo recuento por lo ajustado de los resultados.
El liderazgo de Biden son malas noticias para Trump, que ganará con toda probabilidad en Alaska y encabeza el escrutinio en Carolina del Norte, pero necesita obligatoriamente una victoria en Pensilvania, Nevada y Georgia para seguir teniendo opciones de ocupar la Casa Blanca durante otros cuatro años.
Trump solo podría permitirse perder alguno de esos estados si sobrepasa a Biden en Arizona, pero eso es menos probable, ya que el recuento en ese estado sigue favoreciendo al que fuera vicepresidente de Barack Obama (2009-2017).
Pensilvania azul
Biden arrebató este viernes a Trump el liderazgo en Pensilvania, aunque el cómputo todavía sigue en curso y no se ha declarado oficialmente un ganador. Si consiguiese los delegados de este estado, no dependería del resto del recuento.
En las últimas horas, Pensilvania ha contado unas 30.000 nuevas papeletas, de las que el 87% fueron a favor de Biden, de manera que actualmente el exvicepresidente tiene una ventaja de 5.587 votos sobre Trump. De esa forma, Biden adelanta allí con un 49.5% de los votos a Trump, con un 49.3%.
Una victoria en Pensilvania permitiría a Biden superar la barrera de 270 delegados en el Colegio Electoral que se requieren para asegurarse la Casa Blanca: si se impone en Pensilvania ya llegaría a 284 o 273 si tiene en cuenta o no Arizona, según las proyecciones de los principales medios de comunicación.
Por el momento, Biden suma 264 delegados o 253, dependiendo de si se toma Arizona o no, donde algunos medios no han proyectado todavía su victoria allí, lo que sí que hicieron otros la noche electoral como la agencia AP y Fox News, mientras que Trump tiene 214.
El actual gobernante tuvo un margen de 750.000 votos en Pensilvania durante la noche del martes, pero esa ventaja se ha ido esfumando a medida que se contaban los votos por correo, un recurso que han utilizado los demócratas en mayor proporción en estos comicios para evitar aglomeraciones en el contexto de la pandemia.
Recuento en Georgia
Asimismo, las autoridades de Georgia anunciaron este viernes que habrá un recuento ante lo ajustado de los resultados, lo que puede provocar que no se sepa quién ganó las elecciones presidenciales allí hasta finales de noviembre.
Las autoridades de Georgia hicieron el anuncio a las 10:30 hora local (15:30 GMT), en un momento en que Biden lideraba el escrutinio en el estado por apenas 1.098 sufragios.
"Con un margen tan estrecho, habrá un recuento en Georgia", dijo en una rueda de prensa el secretario de Estado de ese estado sureño, Brad Raffensperger.
La ley estatal de Georgia permite solicitar un recuento de los votos si el margen de victoria del candidato ganador es de menos de 0,5%, y la ventaja de Biden por ahora ni siquiera llega al 0,1%.
Una de las razones por las que el conteo ha tardado tanto en Georgia es que algunos condados se olvidaron de pulsar el botón para "subir" al sistema informático los resultados, y no llegaron a hacerlo hasta este jueves o viernes, dijo el encargado de la implementación del sistema de votación en Georgia, Gabriel Sterling, en la misma rueda de prensa.
Nevada y Arizona
En los dos estados clave del medio oeste Biden también está a la delantera: lidera el conteo en Nevada con un 49,7% frente al 48,1% de Trump con cerca de 20.000 votos de distancia; y, en Arizona, el demócrata tiene 49,9% de los sufragios frente 48,6% de su rival, unos 39.000 votos de diferencia.
Aunque varios medios proyectaron Arizona para Biden la noche electoral cuando la diferencia era de más de 200.000 votos, algunos expertos apuntan ahora a que el margen actual es demasiado pequeño para saber quién ganará.
Por otro lado, en Carolina del Norte, Trump está a la cabeza con un 50% de los votos escrutados frente a los 48,6% de Biden, lo que supone unos 77.000 votos de margen. Los resultados oficiales en Carolina del Norte no se sabrán hasta después del 12 de noviembre, la fecha limite para recibir el voto por coreo.
De los cinco estados que quedan por definir, este parece el más claro para Trump, quien con toda probabilidad se anotará Alaska, con tres delegados en el Colegio Electoral, donde lidera el cómputo con un holgado 62,9%.