Cientos de personas han salido a la calle en el estado de Wisconsin, en el noreste de Estados Unidos, después de que un hombre negro recibiera siete disparos por la espalda a manos de un policía en lo que los agentes han descrito como un "incidente doméstico".
El hombre, que ha sido identificado como Jacob Blake, ha sido trasladado a un hospital de Kenosha -donde tuvo lugar el suceso el domingo por la tarde-, y se encuentra en la UCI tras ser sometido a una operación de urgencia, según informaciones de la cadena CNN.
Su abogado, Ben Crump, ha señalado que éste recibió los disparos cuando se encontraba junto a su coche, en cuyo interior estaban sus tres hijos, de 3, 5 y 8 años.
En la ciudad de Kenosha, de unos 100.000 habitantes, los manifestantes han roto ventanas y han hecho pintadas en la sede del gobierno local. Además, un grupo de ellos se ha dirigido a la Comisaría y han incendiado varios vehículos.
Las autoridades, por su parte, han declarado un toque de queda de emergencia en un intento por acabar con los disturbios, mientras que la Policía ha aconsejado a los negocios de la zona reconsiderar cerrar antes debido al alto número de robos y hurtos registrados desde el domingo en el marco de las protestas.
Además, este lunes el estado de Wisconsin ha desplegado a la Guardia Nacional en Kenosha para hacer frente a las manifestaciones y disturbios. Según ha informado Evers, un total de 125 efectivos han sido desplegados en la ciudad.
El gobernador ha explicado que la misión de la Guardia será "salvaguardar las infraestructuras de cualquier tipo de saqueo y vandalismo, así como proteger a los bomberos que están realizando labores de extinción se incendios, tal y como señala la cadena NBC News.
"Se trata de una movilización limitada de la Guardia Nacional con el objetivo de apoyar las necesidades de las autoridades locales y proteger la infraestructura y el mobiliario urbano", ha manifestado Evers.
Brutalidad policial
El incidente se ha producido en el marco de un aumento de las manifestaciones contra el uso excesivo de la fuerza y la brutalidad policial en el país, especialmente tras las muertes de George Floyd y Breonna Taylor.
El hijo del presidente estadounidense, Donald Trump Jr., ha condenado las protestas y las ha tildado de "anarquía". En su cuenta de Twitter, ha difundido una serie de vídeos de manifestantes quemando coches.
Por su parte, el gobernador de Wisconsin, Tony Evers, ha condenado el tiroteo. "No tenemos aún todos los detalles, pero sabemos que no es el primer hombre negro que resulta herido o es asesinado a manos de policías en este estado o este país", ha lamentado.