El coronavirus se está cebando con Italia, que supera en fallecidos a China. Pese a esto, no ha sido hasta hace unas horas cuando su gobierno ha decretado el cierre de parques y jardines públicos. Las llamadas al civismo no bastaron para que -una minoría de- ciudadanos continuaran saliendo a la calle como si esta grave crisis no fuera con ellos. Las nuevas restricciones, eso sí, no contemplan la prohibición total de hacer deporte.
La alcaldesa de Roma, Virginia Raggi, abandonó por unas horas su confinamiento para hacer visible que la ciudad no ha parado tanto como debería. La regidora acudió al parque de la Caffarella para denunciar en primera persona la cantidad de romanos que en un día de sol aprovechaban para dar un paseo o correr, pese a los continuos llamamientos a permanecer en casa y las dramáticas cifras día tras día de contagiados y fallecidos.
En un vídeo difundido en su cuenta en Facebook, Raggi conmina a todo con el que se encuentra a volver a su hogar o en caso contrario, sostiene, será el ejército el que tendrá que hacerlo.
Las medidas adoptadas por las autoridades, tan desbordadas como la sanidad italiana, llegaron en el peor día desde que comenzó la pesadilla: 627 nuevos fallecidos en sólo 24 horas, elevando el total a 4.032 y sin visos de alcanzar el pico de la ya popular curva.
En la ordenanza, del Ministerio de Sanidad, se establece la prohibición de acceso a los parques, villas, y áreas de juego y jardines públicos en todo el país. Asimismo, "prohíbe realizar actividades lúdicas o recreativas al aire libre", mientras que se consienten aún la practica del deporte, correr o ciclismo, "pero en proximidad de la vivienda y respetando la distancia de un metro entre las personas".