El presidente del Consejo Europeo ha confirmado este sábado que ha recibido una carta de Reino Unido pidiendo la tercera prórroga del brexit. Algo que Boris Johnson prometió que nunca haría. A este respecto, el presidente del Consejo, Donald Tusk, ha explicado que ahora "empezará a consultar con los líderes de la UE sobre cómo reaccionar".
Más de tres años después del referéndum, este sábado estaba llamado a ser el verdadero día decisivo del brexit. Sin embargo, el Parlamento británico ha certificado otro gatillazo que frena de nuevo el calendario para ejecutar el divorcio del Reino Unido y la Unión Europea. La Cámara de los Comunes ha forzado retrasar aprobación del acuerdo de retirada que la UE y Boris Johnson alcanzaron in extremis el jueves.
La histórica votación que habría dado luz verde a la desconexión del Reino Unido no ha llegado ni siquiera a producirse debido a una maniobra de última hora. Sin embargo, este sábado se ha conocido, además, que Reino Unido ha pedido al Consejo una prórroga más.
Los diputados han conseguido introducir en el orden del día la enmienda Letwin, una resolución que retrasa la votación definitiva sobre el brexit de Boris Johnson hasta que el Parlamento apruebe la legislación secundaria que hace falta para ejecutar la ruptura con la UE de forma ordenada.
Esta tercera vía ha sido gestada en horas, en paralelo a los esfuerzos del primer ministro para aprobar su acuerdo, que ha vendido en la cámara como "el único posible". La aprobación hoy de esta enmienda por 322 votos a favor y 306 en contra supone un severo varapalo a los planes de Boris Johnson, que se ve obligado automáticamente a solicitar una nueva prórroga a Bruselas. De esta forma, el brexit se retrasaría -una vez más- hasta el 31 de enero.
Johnson se vería obligado a hacer lo que siempre prometió que no haría, invocar el artículo 50 y escribir una carta a la UE para solicitar otro retraso.
Boris no quiere más prórrogas
Sin embargo, Boris Johnson ha negado que vaya a negociar una prórroga con la UE. "La ley no me obliga a ello", ha sostenido tras conocer su derrota y anunciar que su Ejecutivo sigue en marcha con el plan de cumplir el mandato del referéndum: "Saldremos de la UE el 31 de octubre".
Por su parte, el líder laborista Jeremy Corbyn, se ha felicitado por el resultado de la votación y ha urgido al premier a "cumplir con la ley" y pedir a la UE que retrase la salida de la UE.
El retraso frena en seco el trabajo de lobby en el que se había empleado a fondo el primer ministro desde que volvió de Bruselas con un nuevo acuerdo que la oposición laborista tachó de "peor aún que el de Theresa May. A pesar de la endiablada aritmética del Parlamento, Johnson estaba muy cerca de lograr los 320 síes que necesita aprobar su brexit.
El responsable del nuevo giro de guión es el diputado Oliver Letwin, un conservador rebelde que dejó la bancada tory por discrepancias con el rumbo del primer ministro. John Bercow, speaker del Parlamento, ha propiciado la maniobra al aceptar en el orden del día la enmienda que pone de nuevo a Boris Johnson en el alambre.
El relato de la culpa
"La gente que está fuera de este edificio ahora mismo será escuchada, se merecen junto a millones de personas de este país tener la última palabra". Con estas palabras Jo Swinson avanzaba por donde irán los tiros en las próximas semanas. La líder de los liberal demócratas hacía un guiño a la masiva manifestación que se celebraba en paralelo a la histórica sesión parlamentaria.
Swinson, valor en alza de la política británica, es una de las más firmes defensoras de un nuevo referéndum sobre la salida de la UE como única solución para deshacer el embrollo. Es la misma apuesta que lanzaban este sábado los miles de manifestantes que rodeaban Westminster: otro plebiscito.
El resultado de la votación pone de nuevo en el centro el relato de la culpa. ¿Quién es el responsable de este nuevo fracaso? Boris Johnson intentará de nuevo servirse de la presión de la UE para intentar marcar un gol en el minuto 92. Si no se aprueba su acuerdo en el último suspiro "hay riesgo" de brexit 'salvaje', ha dejado caer.
Además, el primer ministro quiere situar de nuevo al Parlamento como culpable de todos los males de la democracia británica. La Cámara de los Comunes ya rechazó tres veces el brexit en la etapa de Theresa May -lo que provocó su caída- pero Johnson está convencido que puede presentarse como una víctima de la indecisión crónica de los parlamentarios de cara a unas probables elecciones anticipadas.