Notre Dame aguanta en pie pese a las imágenes y a los presagios a lo largo de la tarde-noche de este lunes. Según el Gobierno de Francia, la catedral de París se salvó por apenas 15 minutos, en la que los bomberos, en el momento crucial, salvaron uno de los mayores tesoros patrimoniales del continente.
"Todo se jugó en un cuarto de hora", ha declarado el secretario de Estado de Interior, Laurent Nuñez, que ha explicado cómo en ese lapso de tiempo "una veintena de funcionarios, poniendo en peligro sus vidas, entraron en las dos torres para abordar incendio". Sin esa acción, ha recalcado ante los medios desde la explanada frente al templo, es muy probable que se hubiera venido abajo en su integridad.
Aunque extinguidas las llamas, las próximas 48 horas son fundamentales para asegurar la estructura del edificio en aquellos puntos más sensibles. Una vez esto ocurra, se podrá entrar para proteger el resto de obras, algunas dañadas, que no pudieron ser rescatadas por la temeraria pero determinante cadena humana que se propuso salvar reliquias de un posible derrumbe.
Que haya sobrevivido a las llamas no significa que no requiera de una larga y costosa reconstrucción. Grandes fortunas ya han anunciado sumas más que significativas con este propósito. Los daños, que en apariencia afectan especialmente a la parte superior, más concretamente a la que ya era objeto de obras, no son menores dentro del templo, donde 'llovió' material en llamas.
Uno de los profesionales que participaron en las tareas de extinción y que ahora se ocupan de asegurar el lugar y dar cuenta de los daños ha grabado imágenes desde el interior, paseando por el mismo lugar que hace apenas unas horas llenaban fieles y turistas, como ha sido durante décadas.