Frigoríficos, mesas y sillas deslizándose como si fuesen pequeñas embarcaciones por las anegadas calles de La Habana. Almacenes y tiendas destruidas por los fuertes vientos de más de 200 kilómetros por hora y una gran cantidad de alimentos y bebidas echadas a perder. El paso del huracán Irma causó el caos total en Cuba, donde en algún momento pareció incluso haber desaparecido la ley.
"Yo no robé nada, las cosas estaban flotando". Esa es la justificación con la que se defiende Alberto, un joven de 17 años que fue visto, acompañado de otros vecinos, buscando cualquier cosa que apareciese -paquetes de pollo, botellas de ron, cerveza, refrescos- para llevárselos a su casa de forma clandestina, según recoge el portal Cubanet. Si no estaban en la tienda, ¿por qué iba a pagar por esos bienes?, debió pensar.
Pero lo cierto es que un puñado de cubanos se aprovechó de la destrucción causada por el huracán para saquear y robar de forma indiscriminada. La catástrofe natural, que golpeó con fuerza a miles de personas, se convirtió en un botín jugoso para los más desalmados.
Sanciones severas
Sin embargo, estas acciones pueden no quedar impunes, pues la Fiscalía del país caribeño ha decidido actuar con firmeza: los delitos vandálicos, robos, desobediencias y especulación cometidos por "individuos inescrupulosos" durante y tras el paso de Irma por Cuba serán sancionados "severamente" y de manera "inmediata y ágil".
"La política penal se adecuará a las circunstancias,los hechos, el lugar y a las personas", dijo la vicefiscal jefa del organismo, Yamila Peña, citada en la portada del diario oficial Juventud Rebelde.
Peña precisó que actualmente investigan a un grupo de ciudadanos, "muchos de ellos con medida cautelar de prisión provisional", por los delitos de "alteración de precios, especulación, acaparamiento, engaño al consumidor, actividades económicas ilícitas, desobediencia y desacato a la autoridad", entre otros.
Robos y saqueos
Hace ahora una semana el huracán Irma golpeó fuertemente a la isla, donde causó 10 muertes, inundaciones en casi todo el litoral de La Habana, destrozos en la parte norte de la zona central cubana, afectaciones económicas aún sin cuantificar y dejó a millones de personas sin electricidad ni agua corriente durante más de cinco días.
En la capital y durante las penetraciones del mar, fueron saqueadas varias tiendas y estaciones de servicio situadas cerca del emblemático Malecón habanero. Además, fueron reportados robos de pertenencias en casas derruidas total y parcialmente, así como la "venta de productos deficitarios,como agua y energía, por parte de elementos inescrupulosos", reconoció la Fiscalía General.
El organismo advirtió que estos hechos "deben tener una respuesta desde lo administrativo, en primera instancia, y de existir delito habrá una respuesta jurídico-penal". "Tampoco quedarán impunes, si se dieran, casos de alteración del orden público, no solo contra la Policía Nacional Revolucionaria (PNR), sino también contra el cuerpo de inspectores que realizan funciones de fiscalización y control", recalcó la vicefiscal jefa.
Enjuiciamiento para los ladrones
La funcionaria insistió en la responsabilidad de directivos y administrativos de "hacer cumplir lo que corresponde con los recursos materiales y financieros que el Estado y el Gobierno están empleando en la recuperación" y sobre los "medios que tienen bajo su custodia".
El pasado miércoles se anunció la apertura de 35 procesos penales por delitos "oportunistas" relacionados con el paso del huracán Irma por la isla, en los que el Consejo de Defensa Nacional -activo para casos de desastres- pedirá "juicios ejemplarizantes" en los casos que considere que los merecen.
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