El Papa Francisco sufrió este domingo un pequeño golpe en la ceja y el pómulo izquierdo al intentar saludar a un niño durante el recorrido en el papamóvil por el barrio cartagenero de San Francisco. El pontífice se golpeó con el cristal del vehículo y una gota de sangre le manchó la esclavina.
El comandante de la Gendarmería Vaticana, Doménico Giani, le hizo una cura y Francisco siguió con sus actividades en Cartagena de Indias.
"El Papa está bien, se golpeó con el cristal del papamóvil, tiene un golpe encima de la ceja y en el pómulo y se le ha aplicado hielo", dijo el portavoz vaticano, Greg Burke.
Después de la cura y de saludar a algunos fieles, Francisco abordó de nuevo el papamóvil para dirigirse a la iglesia de san Pedro Claver, en el centro histórico de Cartagena, donde orará ante las reliquias del jesuita español del siglo XVII y rezará el Ángelus.
"Me di una puñada, estoy bien", dijo el pontífice a un periodista de Caracol Radio al salir de la casa de Lorenza, una humilde mujer a la que visitó en el barrio San Francisco de la urbe caribeña, según se ve en un vídeo de esa emisora.
Fin a la violencia en Venezuela
En la que era la última etapa de su viaje por Colombia, el Papa aprovechó para pedir que se rechace todo tipo de violencia política en Venezuela y se encuentre solución a la grave crisis que asola el país latinoamericano.
Tras el rezo del Ángelus en la casa santuario del santo Pedro Claver en Cartagena, Francisco dijo que reza "por cada uno de los países de Latinoamérica y de manera especial por la vecina Venezuela".
"Expreso mi cercanía a cada uno de los hijos e hijas de esa amada nación, como también a los que han encontrado en esta tierra colombiana un lugar de acogida", agregó.
"Desde esta ciudad, sede de los derechos humanos, hago un llamamiento para que se rechace todo tipo de violencia en la vida política y se encuentre una solución a la grave crisis que se está viviendo y afecta a todos, especialmente a los más pobres y desfavorecidos de la sociedad", dijo el Papa.