“Hubo un tiempo no muy lejano en que los gobiernos se indignaban ante la violación de los derechos humanos. Hoy los límites han cambiado”, lamentaba Esteban Beltrán, director de Amnistía Internacional España, durante la presentación de su informe anual sobre esta materia. Advierte de que la “agenda deshumanizadora adquiere relieve global a una escala nunca vista desde la década de los 30”, cuando Hitler accedió al poder en Alemania.
Critica que mandatarios como Donald Trump o sus homólogos turco Recep Tayyip Erdogan, el húngaro Víktor Orbán o el filipino Rodrigo Duterte digan “ser antisistema pero están en el poder y deshumanizan a grupos de personas; y cuando desde el poder se deshumaniza a poblaciones enteras, las violaciones de derechos humanos se precipitan”.
Cuando desde el poder se deshumaniza a poblaciones enteras, las violaciones de derechos humanos se precipitan
Beltrán asegura que la tendencia es una “política de demonización de 'nosotros contra ellos'” que restringe el asilo, la libertad de expresión y amplia poderes a los gobiernos, ya antes de la llegada de Trump a la Casa Blanca. El informe de Amnistía Internacional destaca medidas en este sentido en la Turquía posterior al intento de golpe de Estado de julio pasado, el estado de excepción prolongado 5 veces en Francia tras los atentados de París o las miles de ejecuciones extrajudiciales promovidas por el presidente filipino en su particular guerra contra el narcotráfico.
La organización que vela por los derechos humanos critica también duramente el acuerdo de la Unión Europea con Turquía para evitar que siguieran llegando solicitantes de asilo a las costas griegas. Beltrán lo califica de “temerario” y no tiene palabras mejores para la actuación de Frontex en el Mediterráneo central: “La política de los barcos europeos e italianos ante Libia no es una política de salvamento, sino de protección de fronteras (...), una política que deja en papel mojado la Convención de Derechos Humanos”. Por eso, argumenta, hubo más muertes en el Mediterráneo el año pasado que en 2015, durante el auge de la crisis de refugiados en Europa. Según cifras de la Organización Internacional de Migraciones, 2016 se saldó con 5.085 fallecidos en este mar, mientras que en 2015 fueron 3.777.
El director de Amnistía Internacional en España considera que "en general" en este país existe "un discurso positivo" alejado de la xenofobia que muestran otros líderes políticos, pero advierte de que en realidad "esconde una inacción preocupante a la hora de acoger a los refugiados e inmigrantes" y destaca que en 2016 la ONG detectó hasta ocho violaciones de derechos humanos en las fronteras de Ceuta y Melilla.
“En este mundo caótico, nadie lidera en derechos humanos. Sólo Alemania y Canadá han sido honrosas excepciones en el G8 en (esta) materia”, ha dicho Beltrán en referencia a los dos países a nivel global que han llevado a cabo una política de puertas abiertas en la acogida de refugiados. Amnistía teme un efecto dominó en el retroceso del respeto a los derechos humanos por parte de los gobiernos y advierte que puede suceder “incluso en países donde no se esperaba, como Dinamarca”, que se plantea salir del acuerdo para la Convención de los Refugiados del año 1951. La organización augura un nuevo año en el que se agravará la “crisis” en el respeto a los derechos humanos.
El director de Amnistía asegura que 2017 es un año importante para ver qué dirección toma Europa en materia de derechos humanos, especialmente en cuanto al derecho de asilo y la respuesta a la amenaza del terrorismo sin violar los derechos humanos. Con asuntos como las elecciones en Holanda, Francia y Alemania con los partidos xenófobos subiendo en las encuestas o incluso liderándolas, Beltrán advierte de que “la retórica divisiva debe cesar” y pide “a la gente que oponga resistencia”. Argumenta que “no proteger los derechos humanos, es sembrar las semillas de crisis futuras”.
“Amnistía pide a la gente que oponga resistencia a la retórica divisiva”
Amnistía considera además que la comunidad internacional permanece “indiferente” con respecto a conflictos como el de Siria, Yemen o Sudán del Sur, donde se siguen cometiendo atrocidades impunemente. “Hay 23 países donde se cometen crímenes de guerra diariamente”, señala Beltrán. Para esta organización, la razón a la inacción ante esta situacion se debe en gran parte a que el Consejo de Seguridad de la ONU “permanece paralizado por las rivalidades entre sus Estados miembros”.
Ante un panorama que Amnistía pinta desolador para 2017, la ONG considera que la “solidaridad global y la movilización social” serán esenciales para defender los derechos humanos ahora.