Tropas enemigas inician un desembarque en la costa Sudeste de la península de Crimea. Militares rusos responden con fuego masivo y se lanzan al contrataque. Tras una hora de intensos combates por aire, mar y tierra, los invasores quedan rodeados y aniquilados. No es el guion de una nueva película, sino del último día de las maniobras estratégicas rusas Cáucaso 2016 que acaban de finalizar en el Mar Negro.
Pese a que nadie lo dice, todos se dan cuenta de que el alias “los sureños” se refiere a las fuerzas de la OTAN, mientras “los norteños” son los rusos. También lo saben periodistas de medios extranjeros que han sido invitados por Moscú a la fase final de las maniobras en las que participaron unos 12.500 efectivos dotados de las armas más modernas y sofisticadas, incluidos los sistemas de misiles S-400.
Los ejercicios se desarrollaron del 5 al 10 de septiembre en los polígonos terrestres del Distrito Militar Sur, así como en los mares Negro y Caspio. En su etapa final estuvo presente el ministro de Defensa de Rusia, Serguéi Shoigú, quien llegó a Crimea para inspeccionar en persona las acciones de los mandos y tropas. La llegada de Shoigú a la península causó una fuerte protesta de Ucrania. Rusia anexó Crimea (que formaba parte de Ucrania) en marzo de 2014, tras un referéndum celebrado en la península cuyos resultados no fueron reconocidos por la comunidad internacional.
Por su parte, Occidente sostiene que se trata de un gesto político del Kremlin o más aun de una provocación para aumentar tensión en relaciones con Kiev. Los militares rusos defienden que no es más que una misión rutinaria para mejorar la preparación. El portavoz del Ministerio de Defensa ruso, Ígor Konashénkov, contestaba a numerosas preguntas impertinentes de periodistas extranjeros: “No hay aquí ninguna provocación o elemento político. Se trata de una actividad planeada con antelación en 2015 para mejorar la capacidad de combate de nuestras tropas”. Y añadía que “la gran mayoría de los periodistas extranjeros que llegaron a Crimea para cubrir los ejercicios Cáucaso 2016 son de los países de la OTAN”.
Pero, al parecer, las explicaciones oficiales rusas no convencen. El influyente Newsweek acusó a Rusia de una desmesurada exhibición de fuerza en relación con los recientes ejercicios en Crimea, el Cáucaso y el Báltico. El medio estadounidense llega a sospechar que estas maniobras podrían ser preparativos para “nuevas invasiones rusas, como las de Georgia y de Crimea”.
“Están aumentando el número de tropas en Crimea y les ponen en elevado estado de disponibilidad. Y la única razón para poner las tropas en elevado estado de disponibilidad es prepararse a una guerra”, considera el experto militar ucraniano, general retirado Igor Romanenko.
Por su parte, el secretario general adjunto de la OTAN, Alexander Vershbow, advierte: “Si Moscú está interesada en conseguir la estabilidad y la previsibilidad, semejantes ejercicios no son el camino adecuado”. En un artículo de opinión publicado en la página oficial de la Alianza, Vershbow sostiene que en los últimos meses Moscú ha desplegado “nuevas tropas en toda su frontera con los países miembros de la OTAN, desde el Mar de Barents hasta el Báltico y desde el Mar Negro hasta el Mediterráneo”. Según el secretario general adjunto de la Alianza, Rusia actualmente tiene unos 300.000 militares desplegados en el Distrito Militar Este que cuentan con el apoyo de nuevas bases aéreas, fuerzas navales y misiles nucleares de corto alcance.
A esas acusaciones, expertos militares rusos responden que tienen poco que ver con la realidad. “En la página web del Ministerio de Defensa ruso se puede leer que en el Distrito Militar Este están desplegados 400.000 militares y esto no es ningún secreto. Este distrito siempre ha sido el más importante de Rusia y actualmente concentra un 70% de todas las tropas”, dijo a El Español Igor Korótchenko, experto militar y miembro del Consejo civil del Ministerio de Defensa ruso.