La convención republicana en Cleveland ha vuelto a quedar sumida en el escándalo después de que la fractura interna del partido que provocó Donald Trump, el candidato presidencial de los republicanos, quedase otra vez a la vista de todos.
Ted Cruz, el senador ultraconservador de Texas que quedó segundo en la interna detrás de Trump, se ha retirado en medio de un fuerte abucheo de la multitud después de que se negara a respaldar formalmente a Trump en su discurso. El abucheo a Cruz ha terminado por eclipsar el mensaje que ha dado el compañero de fórmula de Trump, el gobernador de Indiana Mike Pence.
El mensaje de Cruz ha sonado más a un lanzamiento para su propia candidatura presidencial en 2020 que un respaldo a Trump. “Felicito a Donald Trump por la nominación”, ha dicho al principio de su discurso. Ha sido la única mención al magnate.
“Aquellos que están escuchando, por favor, no se queden en sus casas en noviembre. Si ustedes aman a sus hijos tanto como sé que los aman, pónganse de pie, hablen, y voten en consciencia”, ha dicho Cruz.
Al final, Cruz se ha retirado abucheado de la convención, justo cuando Trump ha entrado en su palco en el Quicken Loans Arena. “¡Queremos a Trump!¡Queremos a Trump!”, gritaba la audiencia.
Cruz fue la antesala para el plato fuerte de la noche, el discurso de Pence, el candidato a vicepresidente elegido por Trump. Su presentación también ha mostrado el sentimiento que existe en el “establishment” de Washington. Al presentarlo, el presidente de la Cámara de Representantes, Paul Ryan, le ha dedicado elogiosas palabras que jamás ha tenido para Trump.
“No podría estar más orgulloso de nuestro candidato vicepresidencial”, ha dicho Ryan.
Hombre de pocas palabras y escaso carisma, Pence ha ofrecido un mensaje en el que ha entremezclado su propia historia –hasta la elección de Trump, era un político casi desconocido en Estados Unidos– con un escueto mensaje a favor de la elección de la fórmula republicana para la Casa Blanca. Pence se ha presentado como un franco ejemplo del sueño americano.
“Si mi padre estuviera aquí, creo que disfrutaría este momento y probablemente estaría sorprendido”, ha dicho Pence, desatando risas en el auditorio.
Pence ha ofrecido un argumento escuchado hasta el cansancio durante la campaña electoral: Hillary Clinton ofrece más de lo mismo. Las críticas a la candidata demócrata se han escuchado tanto o más que los elogios a Trump durante la convención.
“Hillary Clinton ofrece esencialmente un tercer mandato de Obama”, ha afirmado.
Pero, como un buen compañero de fórmula, Pence también ha ofrecido una de las defensas más contundentes del magnate inmobiliario, quien ha tenido pocos paladines en esta convención: apenas un puñado de figuras republicanas y sus hijos, quienes han sido los verdaderos paladines de su mensaje.
“He visto a un buen hombre de cerca, su falta de pretensiones, su respeto por la gente que trabaja para él y su devoción por su familia”, ha afirmado Pence, en una de las muchas líneas. “Y sé que no se puede fingir los hijos, ¿qué tal esos fantásticos hijos?”, los ha elogiado Pence.
El gobernador de Indiana ha ofrecido pocas pistas de cómo puede llegar a ser un gobierno de Trump, y se ha dedicado a lanzar críticas clásicas de los republicanos a la actualidad económica, como el crecimiento de la deuda –que, de hecho, Barack Obama ha atenuado– o la política energética. Pence ha defendido al carbón, el combustible fósil más contaminante.
“Vamos a ganar las mentes y los corazones del pueblo norteamericano con una agenda para un Estados Unidos más fuerte y próspero”, ha prometido.
Los detalles, como suele ocurrir con la campaña de Trump, han quedado para otro momento.
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