A una semana del referéndum sobre la pertenencia de Reino Unido a la Unión Europea, Jean-Claude Piris (Argel, 1943) cree que los líderes de los 28 han pecado de “complacencia” al pensar que el brexit era un escenario imposible y no están preparados para lidiar con sus consecuencias. Responsable de los servicios jurídicos del Consejo de la UE entre 1988 y 2010, Piris participó en la redacción del Tratado de Lisboa, en vigor desde finales de 2009 y en el que por primera vez se incluye una cláusula de salida (artículo 50) para los países que deseen abandonar la Unión.
En una entrevista con EL ESPAÑOL, Piris explica cómo se aplicaría este artículo 50 si en el referéndum británico del 23 de junio gana el voto para salir de la Unión. Primero debería negociarse un acuerdo de divorcio entre la UE y Reino Unido, para lo que el Tratado fija un plazo de dos años, prorrogable por un año. Después, Londres y Bruselas tendrían que establecer un nuevo marco de relaciones, que probablemente sería un acuerdo comercial reforzado.
Las conversaciones para reconstruir y definir las nuevas relaciones bilaterales serían “complicadas” y podrían durar más de una década. Los británicos serían los que sufrirían un mayor impacto económico, pero el brexit tendría “repercusiones catastróficas” para el resto de la Unión desde el punto de vista político por el riesgo de desintegración.
¿Por qué se introdujo en el Tratado de Lisboa esta cláusula de divorcio? ¿Se pensaba ya en Reino Unido?
No pensábamos en Reino Unido en particular. Esperábamos que no se utilizara. Se trataba de ser realistas. Si un estado miembro quiere irse de la UE, nadie puede impedirlo. Y consideramos que había que redactar un artículo para tener un procedimiento que permita hacerlo de forma ordenada y no caótica. Algunos creyeron también que eso tranquilizaría a los euroescépticos, porque demuestra que Europa no es un Estado federal. En un Estado federal, o en ningún otro tipo de Estado, no es posible marcharse así.
Si gana el brexit en el referéndum, ¿qué pasará el 24 de junio?
En el plano jurídico no ocurrirá nada. El procedimiento previsto en el artículo 50 del Tratado no se desencadena hasta que el Gobierno británico envíe una carta diciendo que quiere irse. Desde el punto de vista político, sí ocurrirán cosas en el Reino Unido. Quizá (el primer ministro, David) Cameron, decida continuar y reciba el apoyo de su Parlamento, pero puede que opte por dimitir. Si eso ocurre, se necesitarán semanas o meses para que haya un congreso del partido conservador que designe a su sucesor.
El procedimiento de salida no se desencadena hasta que el Gobierno británico envíe una carta pidiendo irse
Me sorprendería que la carta llegue al día siguiente. Creo que tardará unos días si Cameron se queda o incluso varios meses si dimite. Así que creo que todo podría retrasarse al mes de septiembre o de octubre.
¿Cuál será el impacto económico inmediato?
La libra esterlina ya ha bajado debido a los sondeos negativos y es posible que reciba un golpe en los mercados de divisas y que los inversores extranjeros duden a la hora de invertir. A los operadores económicos y financieros no les gusta la incertidumbre.
Así que podría haber repercusiones también en la bolsa británica. Quizá haya apuestas en los mercados contra el euro. No sabemos qué puede pasar. Además, el 21 de junio hay un fallo importante del Tribunal Constitucional alemán sobre el programa de compra de deuda del Banco Central Europeo que podría aumentar la incertidumbre y también hay elecciones importantes en su país algunos días después (el 26-J).
¿Qué ocurrirá una vez llegue la carta de Londres pidiendo la salida?
Habrá una negociación entre la UE de los 27, que estará representada por la Comisión, y Reino Unido. El Tratado fija un plazo de dos años (que se pueden ampliar por unanimidad) para llegar a un acuerdo de divorcio, que regulará todos los asuntos en curso, que son bastante complejos. Por ejemplo en cuestiones como ayudas públicas, competencia o procedimientos de extradición. Una vez que se alcance un pacto, no debe ser aprobado por los países miembros, sólo por las instituciones de la Unión.
¿Cuál será el estatus de Londres en la Unión durante este periodo?
Durante las negociaciones de separación, Reino Unido seguirá siendo al 100% miembro de la UE, con su comisario y sus escaños en el Parlamento Europeo y sus derechos de voto en el Consejo. Todos sus derechos y todas sus obligaciones.
Pero de facto su posición quedará extremadamente debilitada en el interior de la Unión. Porque, cuando se negocien nuevas leyes, los socios dirán a Londres que no quieren escuchar su punto de vista, ya que cuando entren en vigor ya no formará parte de la Unión.
El procedimiento para negociar el divorcio no es suficientemente claro, desafortunadamente.
¿El procedimiento para negociar el divorcio está definido claramente en el Tratado?
No es suficientemente claro, desafortunadamente. Sobre todo porque yo era una de las plumas y debo entonar el mea culpa. Algunos, entre ellos yo, pensábamos que se podía negociar todo durante este procedimiento: tanto las condiciones del divorcio como la relación futura.
Pero la vía que se va a seguir es que durante esos dos años sólo se negocia sobre el divorcio y no el futuro. Sólo cuando se concluya la separación, al cabo de estos dos años -o tres años si se amplía el plazo- habrá que negociar lo más importante, la relación futura, sobre todo comercial pero también en materia de lucha contra el terrorismo, política exterior o participación en los programas y agencias de la UE.
¿Prevé un divorcio amistoso o conflictivo, si el Reino Unido decide abandonar la UE?
Creo que será un divorcio amistoso. Todo el mundo se esforzará por hacer lo posible para que vaya bien. Habrá problemas que se deberán resolver, como los funcionarios europeos británicos o los ciudadanos de la Unión que viven en Reino Unido. Pero hay un interés común de hacer eso de forma amistosa.
Creo que será un divorcio amistoso. Todo el mundo se esforzará por hacer lo posible para que vaya bien.
¿Qué pasará con los funcionarios europeos británicos?
Se les permitirá a todos que decidan quedarse si así lo desean, porque es una cuestión de derechos adquiridos. Pero por supuesto no tendrán acceso a puestos clave ni podrán hacer carreras extraordinarias. No será posible.
¿Qué modelo de relación futura prevé entre la UE y Reino Unido tras el posible brexit?
Yo creo que la vía más probable es la negociación de un acuerdo de comercio, o de un acuerdo de asociación más amplio, que cubra el comercio pero también otros temas. Pero el acuerdo comercial sólo empezará a negociarse a partir del día en el que Reino Unido haya dejado la UE, tras los dos o tres años en que se discuta el divorcio.
El modelo de relación futura entre la UE y Reino Unido más probable es un acuerdo de libre comercio ampliado
Desde el momento en el que se vayan, se convertirán en un país tercero. Y eso quiere decir que deben adoptar su propia política comercial con una tarifa aduanera. Y la UE aplicará a Reino Unido sus tarifas aduaneras como ahora hace a EEUU, China u otros países con los que no tiene acuerdos comerciales. Eso significa que en ciertos sectores, como el del automóviles, los motores o las piezas de coches, las tarifas serán de alrededor del 10%. Se trata de un arancel muy importante en un mercado muy competitivo. Y podría perjudicar duramente a la industria británica, que viene teniendo éxito en estos sectores desde hace 15 años.
¿Cuánto cree que durarían las negociaciones de este acuerdo comercial?
El presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, ha hablado de cinco años. Yo creo que eso es demasiado corto, será más de cinco años. Con el acuerdo con Canadá, que es el más ambicioso que hemos negociado y firmado, llevamos ya 9 o 10 años y todavía no está ratificado y no ha entrado en vigor. Ahí se ve el tiempo que cuesta. Así que creo que estaremos más cerca de 10 años que de 5.
Y después Reino Unido todavía deberá negociar acuerdos con los países terceros. En estos momentos se beneficia de decenas de acuerdos comerciales negociados por la UE, como el de Corea del Sur. Y los perderá. Tendrá que empezar de nuevo.
En mi opinión, no podrá negociar en paralelo porque no tiene bastantes negociadores y se verá obligado a dar prioridad al acuerdo con la UE. Empezará a dialogar con los países terceros después de estos 10 años. Y eso llevará tiempo. Estabilizar sus relaciones comerciales con el mundo exterior le costará entre 15 y 20 años. No es la muerte. No quiere decir que no pueda comerciar. Evidentemente podrá hacerlo, pero en condiciones que serán menos favorables para sus exportadores.
El impacto económico del brexit sería menor que para Londres. Está claro que Reino Unido no podría participar plenamente en el mercado interior
¿Cómo ve la relación entre la UE y Londres al final de este periodo?
Los estados son entes fríos, que no tienen sentimientos como las personas. Actúan según sus intereses. Su interés será restablecer las mejores relaciones posibles. Pero las mejores relaciones posibles tienen límites. No se trata de ser amable o malo con Reino Unido si votan por el brexit. Pero en la UE tenemos límites. Está claro que no podrán participar plenamente en el mercado interior. Pero tendremos acuerdos como tenemos con Suiza, Canadá o Corea del Sur.
¿Cuál será el impacto para el resto de la UE?
El impacto económico será menor que para Londres. Porque nosotros exportamos entre el 8% y 9% de nuestros productos a Reino Unido, mientras que ellos nos exportan casi la mitad de sus bienes. Nosotros somos mucho más importantes para ellos que al revés. Así que en el plano económico no creo que las repercusiones sean grandes.
En cambio, las repercusiones psicológicas y políticas serán muy grandes, incluso catastróficas para la UE. Las opiniones publicas dirán: mira, se puede dejar la UE. Eso dará impulso a los euroescépticos como el Frente Nacional en Francia, o los True Finns en Finlandia. Lo mismo en Austria, Grecia y también en España.Ustedes tienen fuerzas que están en contra de la austeridad y critican a la UE y esto les dará munición.
O la UE reacciona para ayudar a esos ciudadanos y a esos países, y para revivir el entusiasmo europeo, o perderá terreno. Y si pierde terreno, eso significa que habrá convulsiones y no sé quién continuará el proyecto europeo. Pero no será a 28.
El 'brexit' dará impulso a los euroescépticos en Francia, Finlandia, Austria, Grecia o España
¿Los líderes de la UE están preparados para este escenario?
Ha habido una cierta complacencia. Han creído que como era una decisión tan enorme y tan dañina para los intereses económicos británicos, lo que es verdad, no sucedería. Y desafortunadamente sí pueden ocurrir cosas de este tipo porque la gente vota también con sus sentimientos.
¿Cuál cree que es su reacción más probable, más unidad o desintegración del proyecto europeo?
Es una buena cuestión. Yo soy optimista. La UE no está en riesgo de desaparecer el 23 de junio ni 10 años más tarde. Pero va a cambiar. Seguirá siendo a 28 o 27 para algunas cosas y habrá un grupo mucho más pequeño (quizá de menos de los 19 países de la eurozona) que decida integrarse mucho más, algo necesario para que el euro sobreviva y sea un éxito. Así que creo que hay que esperar convulsiones en los próximos 5 o 10 años, pero que el proyecto europeo continuará.
En los próximos 5 o 10 años hay que esperar convulsiones, pero el proyecto europeo continuará
¿Cuál será el impacto -si se produce el brexit- en las regiones que quieren la independencia, como Cataluña?
Tendrá un impacto en primer lugar en Escocia. Porque si en Inglaterra hay una mayoría a favor del brexit y Escocia vota por quedarse en la UE, es probable que el partido nacionalista escocés pida un segundo referéndum. Falta saber si el Gobierno británico lo volverá a aceptar.
Si Cataluña hace una declaración unilateral de independencia, no podrá ser candidata a entrar en la UE
En cuanto a Cataluña, el problema principal es que la Constitución española prohíbe hacer un referéndum en una región. Así que habría que cambiar la Constitución, que haya una negociación. Si Cataluña hace una declaración de independencia unilateral no podrá ser candidata a entrar en la UE.
Es necesario ser un país independiente, reconocido por el resto. Y para ser reconocido por el resto debe alcanzar la independencia por medios jurídicamente correctos. Si Cataluña vulnera la Constitución española, violaría también el Tratado de la Unión y no podría ser admitida como candidata a la UE.
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