Londres

Sadiq Khan ha acudido por primera vez al Ayuntamiento desde que fue elegido nuevo alcalde de Londres el viernes pasado. Y lo ha hecho utilizando el transporte público. Primero en autobús y después en metro, a diferencia de su predecesor Boris Johnson que asistió en coche el primer día, aunque luego se hizo famoso por ir en bicicleta al trabajo y era habitual encontrárselo pedaleando por las calles.

Durante el trayecto de Tooting, el barrio al sur de la ciudad donde vive, a London Bridge, donde está el Ayuntamiento, ha recibido el cariño de los ciudadanos con los que se ha ido cruzando. Son innumerables los regalos de felicitación que ha recibido en su casa hasta el punto de bromear y pedir que no le envíen más flores porque no es nada bueno para la alergia de su esposa.

En la entrada del City Hall, el moderno edificio que acoge el Ayuntamiento, con el puente de la torre de Londres de fondo, le esperaba una multitud de ciudadanos que querían estrechar la mano y dar ánimos al primer alcalde musulmán de la ciudad. Khan, que ha reconocido estar agotado porque apenas ha dormido desde los comicios, se ha detenido y ha accedido a realizarse una sesión de selfies antes de entrar al interior del edificio y tomar asiento en el que será su despacho los próximos cuatro años y conocer a todos sus nuevos colaboradores.

Luego se ha puesto a trabajar para intentar llevar a cabo todas las promesas que realizó durante la campaña electoral y que le dieron la victoria ante su principal rival, el conservador Zac Goldsmith por 310.000 votos, logrando 1,3 millones de votos en la segunda vuelta. Una de sus prioridades es arreglar la crisis de la vivienda. Para ello se quiere reunir con representantes de todos los municipios de Londres, incluidos los tories, y con los promotores inmobiliarios.

Su primera reunión ha sido con los servicios de emergencia, con el jefe de la policía, Sir Bernard Hogan Howe, y con el de los bomberos, para asegurarse de que la ciudad está preparada para reaccionar ante un incidente mayor. Después se reunió con el jefe del transporte de Londres. Khan quiere designar a una figura independiente para examinar la capacidad de los servicios de emergencia. También quiere crear una comisión de expertos empresarios para impulsar los negocios en la ciudad y organizar misiones al extranjero para atraer negocio para la urbe.

A diferencia de su antecesor, el euroescéptico Boris Johson, Khan ha reconocido que será prioritario trabajar conjuntamente con el primer ministro para ganar el referéndum europeo. Reconoció que el primer ministro, David Cameron, estaba preocupado por la consulta y que había aceptado utilizar su influencia para tratar de convencer a los londinenses. El domingo el premier llamó a Khan para felicitarlo por la victoria y crear un clima positivo de colaboración. No ha trascendido si durante la conversación Cameron se disculpó por sugerir en plena campaña la relación de Khan con el extremismo islámico y que la ciudad sería más peligrosa con él en el poder.

Por la tarde se ha reunido con el líder del Partido Laborista, Jeremy Corbyn, en Westminster. Se les ha podido ver caminando por los pasillos del parlamento charlando amistosamente y bromeando muy relajados. Se había hablado distanciamiento entre los dos políticos después de que Corbyn prefiriera acudir al acto de investidura de otro alcalde laborista antes que al suyo y de que Khan dijera el domingo, en una entrevista para la BBC, que, para ganar las elecciones, el laborismo debía llegar a todos los ciudadanos, palabras que fueron interpretadas como una crítica al liderazgo de Corbyn. Sin embargo, la actitud del lunes indica lo contrario.

Después Khan ha participado en la reunión del grupo parlamentario y se ha dirigido a sus colegas. Está previsto que en las próximas horas renuncie a su escaño en el Parlamento para poder centrarse en sus funciones de alcalde.

En declaraciones al diario Evening Standard, Khan ha reiterado que quiere ser el alcalde de todos los londinenses. “El mandato fue masivo y quiero usarlo para servir a la ciudad y esto no lo puedes hacer si eres tribal o partisano”, ha asegurado. Y ha añadido: “Hay gente que nunca ha votado a laboristas, que nunca los votará, pero que aman esta ciudad y yo quiero trabajar para ellos”.

La llegada al poder de Sadiq Khan se ha caracterizado por sus gestos simbólicos y declaraciones de buenas intenciones. El primero fue elegir la catedral de Southwark como escenario de su investidura para dejar clara su voluntad de unir todas las religiones y todas las comunidades. El domingo acudió a un evento para recordar el Holocausto, con las acusaciones de antisemitismo que pesan sobre el partido laborista y que han obligado a Corbyn a suspender a varios parlamentarios como trasfondo.

“Este no que es sea el mejor trabajo dentro de la política sino el mejor trabajo y punto, porque esta es la ciudad que dio a mi familia la oportunidad de hacer cosas que nunca hubiera soñado”, ha expresado agradecido. “Me siento como un muchacho que ha ganado el billete de oro, quiero ponerme manos a la obra para llevar a cabo las cosas que he prometido”. Y ha lamentado que su oponente, Zac Goldsmith, no le diera la mano tras anunciarse su victoria en el estrado levantado en el City Hall el viernes por la noche en la ceremonia de anuncio de los resultados. “Me decepcionó que Zac no me diera la mano”, aseveró.

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