Humberto Moreira ha ostentado varios títulos importantes en México. Fue alcalde, gobernador del estado norteño de Coahuila, presidente del gobernante Partido Revolucionario Institucional (PRI) y, en 2013, una de las 10 personas más corruptas del país, según la revista Forbes.
El ignominioso título lo compartió con personajes como “La Maestra”, la exlíder magistral Elba Esther Gordillo presa desde 2013, o el actual cónsul de México en Barcelona y exgobernador de Veracruz, Fidel Herrera.
Se lo ganó por haber quebrado el estado de Coahuila al presuntamente haber contratado una deuda de 36.000 millones de pesos (unos 2.700 millones de dólares de la época) que trató de ocultar mediante documentos falsos cuando fue su gobernador entre 2005 y 2011.
Un ambicioso maestro
La acusación, que se conoció más tarde y que Moreira siempre negó, no afectó las aspiraciones políticas de este ambicioso maestro que se dio cuenta pronto de que lo suyo no era dar clase aunque, años más tarde, tuviera que lamentar el asesinato de su hijo presuntamente a manos del 'narco'.
En 2011, el exalcalde de Saltillo pidió licencia de su cargo como gobernador y, en marzo, pasó a liderar el PRI, el partido que fue hegemónico durante 70 años en México y que luchaba entonces para volver al poder después de haber sido desbancado desde el 2000 por los gobiernos conservadores de Vicente Fox y Felipe Calderón.
El descrédito de Calderón por su sangrienta guerra contra el 'narco', que Coahuila padeció con vehemencia por ser feudo de Los Zetas, presagiaba buenos tiempos para el PRI pero no para Moreira, que dejó la presidencia del partido menos de un año después.
En pleno escándalo del desfalco, el mexicano de 49 años se vio obligado a dar un paso atrás para no afectar la campaña del entonces candidato opositor y ahora presidente Enrique Peña Nieto. “Es la esperanza de México”, dijo entonces Moreira, entonando el eslogan que hoy usa el partido de uno de sus rivales, el izquierdista Andrés Manuel López Obrador.
Hombre de peso en el PRI
Un año después, Moreira volvía a acaparar portadas por el asesinato a tiros de su hijo José Eduardo, de 25 años. El joven apareció muerto en octubre de 2012 con dos impactos de bala en la cabeza y señales de tortura. Moreira no dudó en atribuir su muerte a una venganza de Los Zetas por la muerte, a manos de las fuerzas de Coahuila, de un sobrino del "Z-40".
Fue entonces cuando el mexicano decidió mudarse a España para estudiar una maestría de Historia en Madrid. Y ha sido en el aeropuerto de Barajas donde este viernes fue detenido en medio de una investigación por blanqueo, malversación, cohecho y organización criminal.
Aunque en 2012 la fiscalía general mexicana lo absolvió de sus cargos, un tribunal de Texas lo acusa de encabezar un desfalco de cientos de millones de dólares en su periodo como gobernador de Coahuila.
El PRI, donde llegó a ser un hombre de peso, parece haber olvidado a Humberto Moreira pero su apellido aún resuena en México. El gobernador de Coahuila es ahora su hermano Rubén.