Turquía sufre el segundo atentado en una semana, aunque según las autoridades turcas provienen de origen distinto. Ankara atribuye el ataque con un coche bomba contra una comisaría de policía de este jueves al Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), aunque nadie ha reivindicado lo sucedido.
Al menos seis fallecidos y 39 heridos han quedado tras el ataque que se produjo poco antes de la media noche del miércoles al sudeste del país, en la ciudad de Cinar, en el sureste del país.
La explosión ha afectado a edificios colindantes y hay niños entre los heridos, según el diario turco Hürriyet Daily News. La cadena CNN Türk muestra el antes y después del ataque, con el que se aprecia la destrucción de la fachada del edificio que acoge a las fuerzas de seguridad.
Además, los atacantes han llevado un ataque simultáneo con armas de fuego.
El segundo golpe terrorista que sufre Turquía en menos de 48 horas se suma al atentado del martes en plena zona turística de Estambul, en el que fallecieron diez personas y resultaron heridas otras quince. La mayoría de las víctimas entonces fueron alemanas.
Las autoridades turcas y el separatista PKK mantenían un alto el fuego desde 2013 hasta que el año pasado se resumieron las hostilidades. El conflicto entre insurgentes kurdos y el Estado se ha prolongado tres décadas y cobrado más de 40.000 vidas.
La zona en que han tenido lugar los atentados de este jueves, un territorio predominantemente kurdo, ha experimentado una creciente ola de violencia en los últimos meses. "La situación de seguridad en el sudeste del país sigue siendo muy volátil e inestable con atentados casi diarios del PKK desde que declaró finalizada la tregua a finales de julio", dice el Ministerio de Exteriores de España en sus recomendaciones de viaje a Turquía.