Amante del baloncesto, de Disney y, por supuesto, de lo nuclear. Kim Jong-Un, líder supremo de Corea del Norte, dejó constancia de lo último durante la madrugada del domingo, en la que su Ejército habría probado una bomba de hidrógeno.
No es el primer ensayo físico de armamento de este tipo pero tampoco de retórica sobre el asunto, una suerte de obsesión para el norcoreano. Las alusiones han sido una constante y, discursos oficiales al margen, quizá la más sonada fue la que se produjo en la cima del Paektu (2.444 metros), la montaña más alta del país, en una de las imágenes icónicas del actual jefe del régimen: "Ascender el Monte Paektu provee un sustento mental más poderoso que cualquier tipo de arma nuclear", dijo entonces.
Su faceta montañera es anecdótica incluso en su peculiar biografía, plagada de datos estrambóticos pese a su escaso bagaje público. El primero, el de su misma fecha de nacimiento.
El hermetismo de cuna
¿1982 ó 1983? Las teorías solo parecen coincidir en cuanto al día: el 8 de enero, es decir, casi se puede decir que la explosión de esta bomba 'celebra' su onomástica. Sin embargo, mientras que las autoridades mantienen que nació en 1982, el exjugador de baloncesto estadounidense, Dennis Rodman, desveló que, en realidad, Kim Jong Un fue alumbrado en 1983. Chivato el exdeportista pero, como se verá, no fue la única confesión (¿no autorizada?)...
El baloncesto
Rodman, miembro destacado durante el último período glorioso de los Chicago Bulls de Michael Jordan allá por los 90, pasó a la historia no solo por su baloncesto sino por sus continuas excentricidades. No era por tanto tan imposible imaginar conexión tan peculiar como la que las fotos mostraron al mundo en septiembre de 2013, cuando el anteriormente apodado 'El Gusano' aparecía sonriente junto al líder norcoreano, amante del deporte de la canasta. Y por si alguien pudiera tener alguna duda, Rodman fue claro: "Me importa una mierda lo que el mundo piense de Kim Jong-Un, es mi amigo".
El baloncesto es uno de los 'vicios' del líder del régimen ya desde su época de estudiante. Además, coincidiendo con la visita del exjugador de la NBA, medios chinos aprovecharon para desvelar las 'ideas' de Kim para hacer más atractivo este juego en su país: valorar los mates con tres puntos, cuatro para los triples que entree limpios, penalizar los tiros libres errados y dar a las canastas sobre la bocina... ¡ocho puntos!
La cultura occidental
Seguramente a Kim no le hubiera importado hacer carrera como jugador profesional. Sin embargo, tenía el destino escrito y su padre no dudó en enviarle a Suiza para recibir la mejor educación posible. Fue estudiante en los los colegios Liebefeld-Steinholzli y el Internacional de Berna, donde aprobó más bien raspado los cursos y aprendió a manejarse en inglés y -algo peor- en alemán.
Sin embargo, usó nombre falso durante toda esa etapa, presentado como el hijo de un funcionario norcoreano. Sólo confesó su verdadera identidad a un compañero de pupitre. Pero eso no le provocó tantos problemas como su creciente querencia a la cultura estadounidense, motivo por el cual retornó antes de tiempo a Pyongyang.
Los videojuegos
Una de las cosas que trascendieron durante su época como colegial, además de la obsesión con el baloncesto, fue el gusto por los videojuegos algo que, con el tiempo, se le ha vuelto en contra, según se mire, porque de ser jugador ha pasado a protagonista de los mismos.
Y es que son varias las creaciones que le colocan como personaje principal de juegos de combate, baloncesto o golf, deporte en el que su padre Kim Jong-Il destacaba especialmente -según sus hagiografías- y en el que su vástago también parece haber heredado cierto talento. Al menos, eso es lo que parece en uno de los 'simuladores' deportivos más peculiares de la historia de los videojuegos, en los que sentir lo mismo que él al hacer hoyos en uno.
Mickey y Minnie
Más difícil de explicar que lo anterior son las contradicciones o, por decirlo mejor, la incoherencia de Kim respecto a la política de su régimen de confrontación con Washington. Pero no a un nivel de alta política de estado sino en el público gusto del dirigente norcoreano por personajes tan populares como Mickey o Minnie que, sin ningún tipo de permiso de Disney, participaron en un show ante el líder en julio de 2012.
La imagen
La obsesión por la imagen y las apariencias de un Gobierno que pretende tener todo controlado no es una sorpresa y los detalles no tan evidentes también se cuidan. Sin embargo, durante las primeras semanas de 2014 Kim Jong Un dejó de hacer apariciones públicas sin que su gabinete diera ningún tipo de explicación.
Se especuló con todo tipo de hipótesis pero la realidad fue peculiar, como no podía ser de otra manera. Según The Telegraph, el líder norcoreano se rompió ambos tobillos por el uso continuado de zapatos con plataforma para elevar su 1,74. Su excesivo peso y dos esguinces mal curados acabaron causándole fracturas y, obviamente, un período de hospitalización del que no se dijo nada de puertas para afuera.
La primera dama
De hecho, tampoco se dijo nada acerca de una misteriosa joven que empezó a aparecer al lado de Kim poco después de su ascenso al poder, en todo tipo de eventos. El contraste de la mujer, con vestidos de corte occidental y con colores que desafiaban los anodinos tonos oficiales, y ataviada con accesorios cuyo valor resulta inalcanzable para las posibilidades del pueblo, era demasiado obvio. En julio de 2012 se anunciaba que el heredero del régimen había contraído matrimonio con ella, de nombre Ri Sol-ju.
Por primera vez desde la creación de la dinastía Kim, la República Popular de Corea del Norte tenía primera dama; al menos, una tan evidente. Pero cuando ya formaba parte de la escenografía habitual, desapareció de golpe. Y con ello, más especulaciones. Incluso se habló de su muerte por haber aparecido sin el pin característico -y obligatorio- de loa al líder, algo castigado para el resto. Pero Rodman -nuevamente Rodman- se erigió en portavoz para anunciar que la pareja vio nacer entonces a su primera hija, Ju-ae.
Fan de las 'spice girl' norcoreanas
A medio camino entre el marketing y lo puramente artístico, una de las maneras con las que el régimen intenta venderse en el exterior, principalmente en China, es a través de grupos de música de apariencia más o menos juvenil, como contraposición al pop de sus vecinos del sur. Y entre ellos, es bien conocido el favoritismo de Kim Jong-un por las chicas de Moranbong, un grupo formado por casi una veintena de jóvenes cuya sugerente puesta en escena enmarca temas en cuyas letras hay todo tipo de alabanza a Corea del Norte, su líder, su capital y, en definitiva, a todo lo alabable en el país asiático.
El mismísimo líder ha acudido a algunos de sus conciertos y, por mucho que el grupo cancelara su próxima gira por el país vecino sin motivo aparente, se ha mostrado entusiasmado con las canciones de estas chicas... casi tanto como con lo nuclear.