"No tenemos nada que ver con esto. Todo ha empezado ahí (señala la calle acordonada) y esperemos que todo termine allí", afirman dos hombres que hablan árabe entre sí en el barrio norteño de Saint-Denis, donde las fuerzas de seguridad francesas ha lanzado una operación este miércoles en busca del presunto cerebro de los atentados del pasado viernes, Abdelhamid Abaaoud.
La Policía ha asaltado con ayuda del Ejército un piso del barrio y la operación ha terminado con dos sospechosos muertos, entre ellos una joven kamikaze que hizo estallar un cinturón explosivo ante la proximidad de los agentes, ha informado la Fiscalía de París. En total, se han producido siete detenciones. La operación comenzó de madrugada y terminó cerca de las 12 del mediodía.
La Policía ha derribado además una de las puertas de la basílica de la Église Neuve, pero se desconoce aún el motivo.
Mientras, los vecinos de Saint-Denis asisten a la escena con preocupación. “Llevo varias horas en contacto con mi amigo que está encerrado en el inmueble en el que se encuentra el apartamento asaltado”, cuenta Omar, que luego ha cogido el teléfono para llamar de nuevo a su compañero. “¿Ya está? ¿Os están desalojando? ¡Menos mal!". Al preguntarle cómo se siente tras recibir la noticia, Omar dice estar “relajado”. “He tenido mucho miedo”, afirma. “Nos hemos estado escribiendo mensajes pero aun así. Encerrado en el piso de al lado...”
La madre de Omar cuenta que su familia se despertó sobresaltada cuando comenzó la operación policial. “Nuestra calle es la paralela. Nos hemos despertado a las 4 y pico de la madrugada con ruido de tiros y hemos pensado 'ya está, Saint-Denis está en guerra'”, asegura.
Otra mujer dice que ha dejado a sus hijos en casa, porque no han podido ir al colegio. "Tenían miedo. Como todos. Este clima es insoportable", afirma Danielle, de 42 años.
Saint-Denis es un antiguo suburbio situado unos 10km al norte de París y alberga el Stade de France, en cuyas inmediaciones se produjeron varios de los ataques del viernes. Sarah, una chica musulmana que viste con pañuelo, comenta que es un barrio vivo y lleno de negocios. “En este barrio hay más jóvenes que personas mayores. Esta calle en concreto está llena de comercios, panaderías, comercios familiares”, dice.