Los jefes de estado y de gobierno de la UE han pedido ayuda a los países de África para que colaboren en frenar la presión migratoria que sufre Europa y readmitan a sus inmigrantes económicos. Un total de 63 líderes de África y Europa, entre ellos el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, participan este miércoles y jueves en una cumbre sobre inmigración que se celebra en La Valeta, la capital de Malta. Ante las divisiones internas y la falta de respuestas a la crisis de los refugiados, la UE busca ahora el apoyo de África como ya hizo con Turquía.
“Necesitamos que nuestros socios africanos nos ayuden a afrontar mejor nuestros retos comunes. No tenemos otra alternativa que ser socios en esto”, ha dicho el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, durante la ceremonia inaugural de la cumbre, en la que ya ha planteado la cuestión de las repatriaciones. “El retorno y la readmisión de aquellos que no tienen derecho a protección internacional es esencial. Es una norma internacional y una responsabilidad de los estados hacia sus ciudadanos”, ha resaltado Tusk.
“Para mantener la puerta abierta a los refugiados y a los inmigrantes legales, los inmigrantes irregulares deben ser repatriados de forma eficaz y rápida. Los retornos voluntarios son siempre preferibles, pero cuando no son posibles, los retornos forzados constituyen un prerrequisito para una política migratoria bien gestionada”, ha insistido el presidente del Consejo Europeo.
En la actualidad, la UE sólo tiene acuerdo de readmisión con un país africano, Cabo Verde. Está enredada en interminables negociaciones con Marruecos que se basan en un mandato que se aprobó en el año 2000. Con Argelia las conversaciones todavía no han empezado, aunque los estados miembros lo autorizaron en 2002, y lo mismo ocurre con Túnez. Aparte de negociar nuevos acuerdos, los líderes europeos piden ahora medidas concretas e inmediatas para facilitar la identificación de los inmigrantes y la expedición de documentos de viaje temporales que permitan repatriarlos.
Pero las repatriaciones son una “cuestión difícil” para los países africanos, según ha dicho el presidente de Senegal, Macky Sall. “Sobre los inmigrantes que ya están en Europa debemos tener una discusión franca, examinar a quién se puede regularizar y después estudiaremos, en función de los acuerdos que nos ligan a la UE, la mejor forma de gestionar este tema”, ha apuntado. El presidente senegalés ha reclamado además a la UE que “aumente” la dotación del nuevo fondo que la UE ha creado para ayudar a los países africanos a gestionar la inmigración.
Este fondo, que se activará oficialmente este jueves durante la cumbre de La Valeta, está dotado con 1.800 millones de euros del presupuesto de la UE. El presidente de la Comisión, Jean-Claude Juncker, ha reclamado a los jefes de estado y de gobierno de los 28 que igualen esta aportación con sus presupuestos nacionales para alcanzar los 3.600 millones de euros. Antes de la cumbre, los estados miembros sólo habían contribuido con 47,5 millones, de los cuales 3 millones corresponden a España. Tras la reunión, la cifra aumentó a 78,2 millones, todavía muy lejos del objetivo marcado.
África pide más canales de inmigración legal
Los países africanos han pedido además a la UE que habilite más canales para la inmigración legal. Pero los gobiernos europeos sólo están dispuestos de momento a aumentar el número de becas y de permisos para temporeros amparándose en la mala situación económica. “La falta de suficientes oportunidades de inmigración legal obligará a los inmigrantes a optar por los canales irregulares. Las políticas restrictivas que se basan en medidas de seguridad o controles fronterizos (...) fracasarán a la hora de reducir el número de inmigrantes irregulares”, ha avisado el ministros de Exteriores de Egipto, Sameh Hassan Shoukry. “La respuesta a la inmigración irregular es la inmigración legal”, ha argumentado.
También la presidenta de la Comisión de la Unión Africana, Nkosazana Dlamini-Zuma, ha culpado de la actual crisis migratoria a las medidas restrictivas adoptadas por la UE. “El problema al que nos enfrentamos ahora se debe en parte a que algunos países de Europa han adoptado un enfoque de fortaleza. Ninguna parte del mundo puede ser una fortaleza. Tenemos que estar abiertos a la inmigración legal”, ha defendido Dlamini-Zuma.
Los países africanos también han rechazado la idea de algunos gobiernos europeos de crear en África centros de registro para informar a los inmigrantes y tramitar en su caso solicitudes de asilo. “No podemos respaldar el establecimiento de centros de registro en África. Estos centros de procesamiento, o como quiera que se llamen, se convertirán de facto en centros de detención que constituirán una violación grave de los derechos humanos”, ha dicho la representante de la Unión Africana.