El aceite de oliva es uno de los productos más consumidos en España, pero al mismo tiempo ha sido el responsable de una gran cantidad de quebraderos de cabeza a lo largo de los últimos tiempos, sobre todo por unos últimos años en los que el precio no ha dejado de crecer hasta convertirse en un auténtico "oro líquido".
El incremento en el precio del aceite de oliva ha tenido un notable impacto en el consumo del mismo en los hogares españoles, donde se ha reducido en un 34,7%. Sin embargo, a pesar de su elevado coste, los expertos siguen recomendando su consumo por sus numerosos beneficios para la salud.
Las enfermedades que se pueden combatir con el aceite de oliva
Un estudio llevado a cabo por investigadores de la Universidad de Sevilla ha analizado las diferentes enfermedades y dolencias que se pueden ver beneficiadas por la ingesta de aceite de oliva. Fruto del mismo, se ha podido confirmar que el ácido oleico presente en un 70%-80% del aceite de oliva es el responsable de varias de las propiedades medicinales de este producto.
Una cucharada de aceite de oliva ayuda a combatir una serie de enfermedades, entre las que se encuentran las siguientes:
- Colesterol: el aceite de oliva es eficaz para poder hacer frente al colesterol, ya que su ácido oleico es capaz de reducir la expresión de proteínas relacionadas con el transporte de colesterol, además de reducir su absorción y la oxidación de lipoproteínas de baja intensidad, consiguiendo prevenir la aterosclerosis.
- Cáncer: en el citado estudio también se pudo confirmar que el ácido oleico actúa tanto como antiinflamatorio como de anticancerígeno, al conseguir inhibir la expresión de oncogenes, previniendo la aparición de cáncer.
- Alzhéimer: por otro lado, se ha podido demostrar que el consumo de aceite de oliva es beneficioso para la prevención del alzhéimer, por el hecho de que el ácido oleico es un componente principal de las membranas de las células, incluyendo las neuronas.
Por otro lado, hay que destacar que el aceite de oliva ayuda a combatir la obesidad, la cual puede derivar en otros problemas relevantes de salud. La oleoiletanolamida tiene capacidad para modificar de forma directa el ADN y modular el sistema inmunitario, lo que contribuye al control de las células que tienen relación con la inflamación.
De igual manera, hay que destacar que el poder antioxidante del ácido oleico ayuda a reducir la presión arterial, pudiendo así hacer frente a la hipertensión, que es uno de los principales factores de riesgo cardiovascular.
¿Cuánto aceite de oliva se debe consumir?
Para poder aprovechar todos los beneficios del aceite de oliva es necesario consumirlo en una cantidad apropiada. Según los expertos, la ingesta diaria recomendada es de 40 mililitros, lo que se traduciría en unas cuatro cucharadas soperas.
Una de las claves del aceite de oliva se encuentra en los polifenoles, unos compuestos naturales conocidos como antioxidantes que tienen beneficios para la salud. Asimismo, es muy importante que se consuma aceite de oliva virgen extra, ya que este es mucho más rico en ácido oleico, vitaminas y antioxidantes, además de no presentar ningún efecto negativo sobre el organismo.
Alternativas saludables al aceite de oliva
A pesar de sus excelentes propiedades y beneficios para la salud, el consumo de aceite de oliva es cada vez menos accesible para los ciudadanos, que no dejan de ver como en los supermercados su precio crece. El aumento del coste del "oro líquido" ha hecho que en algunos casos se haya optado por reducir su consumo, y que, en otros, en cambio, se estén buscando alternativas saludables y más asequibles, entre las que están ganando popularidad las siguientes:
- Aceite de cártamo: este aceite vegetal, obtenido a partir de las semillas de la planta de cártamo, es bajo en grasas saturadas y rico en ácidos grasos omega-6. En España su uso no está muy extendido, pero en otras partes del mundo lleva siendo utilizado desde hace siglos en la cocina y con fines medicinales. Es una opción versátil a considerar que es ideal para aderezos de ensaladas y salteados.
- Aceite de aguacate: extraído de la pulpa del aguacate, es rico en grasas monoinsaturadas, al igual que sucede con el aceite de oliva, siendo ideal para salteados y siendo una opción para disfrutar de un toque suave y cierto sabor a nuez.
- Aceite de coco: este aceite vegetal, que es conocido por contar con un alto contenido en grasas saturadas saludables, también tiene otros beneficios interesantes para la salud, como el incremento de la saciedad y del gasto energético, la mejora de la salud cerebral o la mejora del perfil de lípidos en sangre. Por su aroma y contenido en ácido láurico es buena opción para hornear y freír.
- Aceite de linaza: procedente de las semillas del lino, es un aceite alternativo al aceite de oliva que destaca por sus beneficios para la salud y su contenido nutricional, pudiendo encontrar en él ácidos grasos Omega-3, que favorecen la salud cardiovascular. Por lo general se utiliza crudo en batidos, ensaladas o yogures, pero también se usa en la cocina como aderezo.
- Aceite de sésamo: extraído de las semillas de esta planta cultivada por sus semillas oleaginosas, podemos encontrar dos variantes de este aceite, el tostado y el aceite sin tostar o aceite de sésamo crudo. El primero tiene un sabor más pronunciado y un color más oscuro, mientras que el crudo es más suave.