Puede que, inconscientemente, hayas interiorizado que las mujeres contamos con una energía puramente femenina, mientras que los hombres se guían únicamente siguiendo su instinto masculino. Aunque esta premisa pueda parecer lógica, la realidad es muy distinta: todos contamos con ambas energías, femenina y masculina, que conviven en nuestro interior.
Cada una de ellas tiene su propia esencia diferenciadora: la energía femenina es sensitiva, se relaciona con la intuición y es más creativa, mientras que la masculina se apoya mayormente en la lógica y en la acción.
No por ser mujer estarás esencialmente más conectada con tu feminidad, o viceversa; una mayor inclinación hacia una u otra energía dependerá de diversos factores y circunstancias que explicaremos a continuación.
El ying y el yang
"Lo femenino es la dimensión más poderosa de la vida. Sin la energía femenina o Shakti, no existiría nada", reflexionaba Sadhguru, yogui indio. "Lo femenino únicamente puede florecer en una cierta situación de relajación, y si no florece, no tendrás nada en tu vida", añade.
La energía femenina (Shakti) está relacionada con la manifestación de la creatividad, la receptividad, el autocuidado y la intuición; se encuentra dentro de todos los seres humanos, independientemente de su género o sexo. Lo mismo sucede con su canal opuesto, la energía masculina (Shiva), que representa lo racional, la asertividad, el enfoque y la acción. Ambas conforman dos fuerzas fundamentales, opuestas y complementarias, como el ying y el yang.
Aunque la convivencia de ambas energías reside en todos los cuerpos, es esencial que se encuentren en equilibrio para lograr la plenitud, física y mental. Zaida Egea, psicóloga especializada en crecimiento personal, habla con Magas y descubre algunos aspectos sobre ambos vértices mientras nos enseña a sanar nuestro lado herido.
Feminidad y amor
"La energía femenina también se encuentra profundamente vinculada al amor y a las sensaciones. Si estamos más conectadas y volcadas en ella, notaremos una mayor tranquilidad, aceptación y serenidad en nuestras vidas", añade Egea.
La experta hace referencia al pensamiento tradicional como posible explicación a la atribución de las energías femenina y masculina según el sexo: "A lo largo de la historia, las mujeres siempre hemos tenido ese punto más creativo y cuidador, mientras que los hombres solían dedicarse a trabajar y llevar el dinero a casa. Quizá por eso la gente se confunde y relaciona lo femenino con las mujeres y lo masculino con los hombres", reflexiona.
Estas creencias clásicas quedan erradicadas cuando nos damos cuenta, según explica Egea, de que los hombres también deben vincularse a ese lado amoroso y femenino para hallar el equilibrio y poder alcanzar una masculinidad sana: "Lo femenino siempre se sujeta con lo masculino, y viceversa. Es importante encontrar un punto medio entre el amor y la ejecución, porque si desbordamos una y carecemos de la otra, no tendremos ese punto de apoyo necesario para actuar correctamente".
Mujeres desconectadas
Vivimos en un mundo que, habitualmente, desconecta a las mujeres de su feminidad: políticos, altos cargos, empresarios poderosos… pareciera que todos ellos se han volcado en su energía masculina para llegar a donde están, lo que lleva a muchas mujeres a disociarse de su lado femenino para escalar laboralmente.
"No es cierto que, para tener éxito en la vida, tengas que actuar siempre desde el lado masculino. Se piensa que una persona no puede llegar a un alto cargo actuando desde la feminidad por el imaginario social y cultural, ya que el liderazgo suele traducirse en aquellas cualidades que pertenecen al divino masculino: fuerza, independencia y acción. Sin embargo, liderar integrando el amor aporta mucha fuerza; cuando comprendamos eso, daremos un gran salto como sociedad", opina Egea.
"El alejamiento de la energía femenina puede deberse a patrones interiorizados o experiencias que nos obliguen a huir del amor" - Zaida Egea, psicóloga.
Conocer la desconexión
Seguramente a estas alturas te estés preguntando: ¿cómo puedo saber si estoy desconectada de mi energía femenina? La psicóloga da algunas claves para distinguirlo, aunque no suele ser tarea fácil:
- Preocupación excesiva y falta de confianza en una misma.
- Baja autoestima.
- Desconexión emocional y creativa.
- Interés excesivo en la lógica y el control.
- Productividad desmesurada.
- Incapacidad de desconectar de tus tareas.
Esta desconexión -señala la experta- puede deberse a patrones interiorizados, dinámicas familiares extendidas o experiencias pasadas que nos hayan provocado la necesidad de huir del amor por creernos así menos vulnerables. "Esto es un gran error, porque el amor equilibra la mente y moviliza muchísimo, cosa que a la gente le cuesta comprender", lamenta la terapeuta.
¿Cómo recuperarla?
Según Egea, para lograr una mayor consciencia y sanar nuestro lado femenino es necesario hacer introspección y, preferiblemente, acudir a terapia.
"Llevar a cabo un proceso de acompañamiento con un profesional y dejar a un lado esas creencias limitantes que muchas veces vienen de base es fundamental para reconectar con nuestra energía femenina. En definitiva, soltar un poco la mente para conectar con el corazón".
"Deberíamos soltar un poco la mente para conectar más con el corazón" - Zaida Egea, psicóloga.
La feminidad se relaciona con la relajación, decía Sadhguru. Algunas actividades, como pasear, el yoga o viajar, pueden ayudarnos a reconectar con nuestro divino femenino: "Estos son algunos ejemplos, pero cualquier actividad que nos transmita paz y nos permita estar en calma será buena para lograr nuestro objetivo", aclara la experta.