Según los estudios, dar entre 9.000 y 10.000 pasos diarios reduce el riesgo de muerte en más de un tercio y el riesgo de enfermedad cardiovascular en un 20%. Desde que esta afirmación se popularizó, hay quienes nos hemos propuesto esa cifra como meta, autoexigiéndonos más cuando salimos a caminar.
La marca de los 10.000 es un gran objetivo y su popularización está fundamentada por grandes expertos, pero incluso si no se alcanza, realizar cualquier actividad para aumentar los pasos diarios puede contribuir en gran medida a mejorar la salud y reducir el riesgo de enfermedad. Y si hay una actividad que puede, incluso, ser más efectiva es saltar a la comba.
Aunque parezca que el salto a la comba es algo que únicamente se practica cuando somos pequeños, cada vez más personas en España han adoptado esta disciplina como parte de su rutina. No solo por ser dinámica, sino porque cuenta con un sinfín de beneficios.
Beneficios de saltar a la comba
Saltar a la comba es una actividad física que ofrece una amplia gama de beneficios tanto para la salud física como mental, así como otras disciplinas. Este ejercicio cardiovascular no solo mejora la resistencia aeróbica, sino que también potencia la coordinación, el equilibrio y la agilidad.
Al requerir la participación simultánea de diferentes grupos musculares, saltar a la comba contribuye a mejorar la fuerza muscular y la tonificación, especialmente en las piernas, los brazos y el tronco. Además, al ser un ejercicio de alto impacto, puede aumentar la densidad ósea, lo que es crucial para prevenir la osteoporosis que aparece en muchas ocasiones con el paso del tiempo.
En cuanto a la quema de calorías, saltar a la comba puede llegar a ser uno de los más eficaces. Puede quemar más calorías que correr en el mismo período, lo que lo convierte en una excelente opción para quienes buscan adelgazar debido a su alta intensidad.
Saltar a la comba puede quemar alrededor de 10 a 15 calorías por minuto, lo que lo hace comparable con correr u actividades semejantes. Este ejercicio puede aumentar el metabolismo, lo que ayuda a derretir las calorías incluso en reposo. Aunque se centra principalmente en las piernas, también involucra los músculos del abdomen, brazos y espalda.
Según un estudio publicado en la revista Research Quarterly for Exercise and Sport, saltar a la comba durante 10 minutos al día a lo largo de seis semanas aporta los mismos beneficios que correr 30 minutos al día.
Cuando mantenemos el peso bajo control, no solo logramos esa figura que deseamos y perdemos esos kilos de más, sino que es fundamental de cara a reducir el riesgo de enfermedades crónicas como la diabetes tipo 2 y enfermedades del corazón. Al requerir movimientos coordinados y rítmicos, saltar a la comba también puede estimular la actividad cerebral, lo que ayuda a mantener la agudeza mental y a prevenir el deterioro cognitivo.
A medida que envejecemos, la masa muscular y la densidad ósea tienden a disminuir, aumentando el riesgo de fracturas y lesiones. Saltar a la comba ayuda a mitigar estos efectos al fortalecer los huesos y mejorar la masa muscular, contribuyendo a un mejor equilibrio y estabilidad, lo que reduce el riesgo de caídas.
Se trata de un ejercicio que mejora la salud cardiovascular, ayudando a controlar la presión arterial y el colesterol, problemas comunes en esta etapa de la vida. También es una excelente manera de mantener la flexibilidad y la movilidad articular, aspectos que tienden a deteriorarse con la edad.
Así debes saltar a la comba
Uno de los aspectos más notables de saltar a la comba es su alta intensidad en un corto período de tiempo. Este ejercicio es un entrenamiento cardiovascular vigoroso que puede aumentar rápidamente la frecuencia cardíaca, promoviendo una mejora en la resistencia cardiovascular, así como en la quema de calorías.
En contraste, caminar 10.000 pasos, si bien es una actividad fundamental para mejorar la salud general, suele ser de intensidad moderada y puede no tener los mismos beneficios. La capacidad de saltar a la comba para quemar calorías de manera más eficiente se debe a que involucra varios grupos musculares simultáneamente.
Cada salto requiere el uso coordinado de las piernas, los brazos, el abdomen y el tronco, lo que implica un gasto energético significativo. En comparación, caminar, aunque es beneficioso, no requiere el mismo nivel de esfuerzo muscular y cardiovascular, lo que se traduce en un menor consumo de calorías por minuto.
Sin embargo, es cierto que en este punto se tiene que tener en cuenta nuestra condición física. Si estamos empezando, es posible que nuestro cuerpo no aguante saltar a la comba todos los días e, incluso, hay expertos que no lo recomiendan aun siendo profesionales. Lo ideal es saltar de tres a cuatro días por semana.
Este ejercicio se puede realizar en cualquier lugar y no requiere un gran compromiso de tiempo. A menudo, bastan unos 10 a 15 minutos para obtener un entrenamiento efectivo. No obstante, si hay algo que es fundamental, es la técnica.
Para saltar a la cuerda de forma efectiva y segura, el movimiento de la cuerda debe salir desde las muñecas. No movemos los brazos desde los hombros, sino que nos mantenemos con los codos flexionados aproximadamente a 90 grados y cerca del tronco y son las muñecas, con pequeños movimientos, las que dan el movimiento a la cuerda.
Lo mejor que podemos hacer para evitar daños es aterrizar sobre las puntas de los pies de forma suave, nunca sobre el pie completo o sobre los talones. No obstante, es posible que necesitemos descansos, por lo que podemos parar durante unos segundos para obtener ejercía.