El gimnasio ha evolucionado mucho a lo largo de los años, tal y como han hecho millones de ámbitos tradicionales a los que de repente les ha llegado los avances tecnológicos. A pesar de los nuevos entrenamientos y máquinas para ejercitar las áreas más desconocidas del cuerpo, las personas siguen considerando los ejercicios más comunes y que llevan con nosotros siglos, como los más efectivos.
Aunque muchos de ellos hayan incorporado pequeños avances, como correr y montar en bicicleta en máquinas estáticas, sin la necesidad de salir a la calle para hacerlo, otros continúan aportando beneficios a partir de lo más simple del mundo, como caminar. Un ejercicio que estamos constantemente realizando, que no requiere un equipo especial, lo hacemos gratis y en (casi) cualquier lugar.
La mayoría de las personas pueden mantener una práctica de caminar a lo largo de su vida. Sin embargo, en la era del crossfit y el cardio de alta intensidad, las caminatas se han vuelto una forma poco apreciada de hacer deporte, quemar grasa y que los músculos funcionen. Pero lo hacen.
En los seis millones de años que los humanos han sido bípedos, nuestra capacidad para caminar erguido no solo constituye el ejercicio más realizado hoy en día, sino que ha permitido a la humanidad recorrer grandes distancias, permitirnos ir a donde queramos y sobrevivir a los climas, entornos y paisajes cambiantes.
Pero caminar es más que solo eso, también resulta ser muy bueno para nosotros. Innumerables estudios científicos han encontrado que este simple acto de mover los pies puede proporcionar una serie de beneficios para la salud y ayudar a las personas a vivir más tiempo. De hecho, una rutina de caminar, si se hace correctamente, podría ser el único ejercicio aeróbico que la gente necesita.
A pesar de los millones de años que llevamos caminando sobre dos piernas, antes de convertirnos en bípedos, nos movimos como actualmente se mueven otros animales, como los monos, en cuatro extremidades. Por mucho que hoy en día pensemos que desplazarnos de esa manera sería retroceder en el tiempo, lo cierto es que según las últimas investigaciones, hacerlo podría ser justo lo que necesitamos para desarrollar la fuerza del cuerpo total y una mejor movilidad. La caminata del gorila es el ejercicio que lo corrobora.
Qué es la caminata del gorila
Tal y como su nombre indica, la caminata de gorila es un ejercicio que imita la marcha de un simio. Con él, involucramos prácticamente todos los grupos musculares principales, incluidos los hombros, el famoso core (el núcleo de músculos de la parte central del cuerpo, encargados de sostenerlo) y estira las áreas de nuestro cuerpo que, por lo general, están apretadas.
Al tratarse de unos movimientos desconocidos, que no tendemos a realizar, este ejercicio pone a prueba totalmente nuestra fuerza, equilibrio y coordinación, que implica moverse en varios planos de movimiento al mismo tiempo. La caminata del gorila, al igual que otros patrones y ejercicios, puede aumentar nuestra salud y estado físico en general.
Podemos realizarlo siempre que podamos, añadirlo a nuestra rutina o simplemente dedicarle unos minutos al día para conseguir todos sus beneficios. Incluso, funciona muy bien como rutina de calentamiento o estiramiento dinámico, puesto que hace que nuestra sangre fluya a la vez que prepara nuestros músculos y articulaciones.
A pesar de sus ventajas, este ejercicio no es para todos los públicos. En el caso de que tengamos lesiones en el cuerpo, como tobillo, rodilla o cadera, es posible que desencadene en dolor o un traumatismo superior. En cualquier caso, siempre debemos realizarlo en justa medida y escuchando lo que dicen nuestras articulaciones.
Beneficios de la caminata del gorila
La caminata del gorila no solo es capaz de hacernos perder los kilos que tenemos en mente a base de un procedimiento en el que todos los músculos están implicados y debemos poner esfuerzo, sino que se contempla como uno de los mejores ejercicios para las personas de 50, gracias a todos sus beneficios variados. No importa nuestros objetivos o nuestra habilidad, puede mejorar nuestro estado físico.
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Aumenta el equilibrio y la coordinación. Al realizar un ejercicio nuevo, cambiar el peso de los brazos a las piernas mientras nos movemos y trabajar en múltiples planos de movimiento, estamos favoreciendo y mejorando nuestro equilibrio y estabilidad. Además, necesitamos una gran coordinación, ya que debemos sincronizar las extremidades superiores e inferiores.
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Desarrolla la movilidad de la cadera. Pasamos una gran parte de nuestro tiempo sentados, incluso cuando trabajamos o queremos descansar, por lo que acabamos perjudicando nuestras caderas y su movimiento, nuestros flexores se vuelven más cortos, apretados y rígidos. La caminata del gorila es perfecto para mejorarlos, puesto que la estira a través de múltiples planos de movimientos, tanto hacia delante y hacia atrás, como de lado a lado y de forma rotacional.
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Fortalece el core. Siempre que un ejercicio requiere equilibrio, estamos fortaleciendo y tratando nuestros músculos centrales, ya que están constantemente estabilizando y procurando que no caigamos.
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Fortalece los hombros. Si pensamos en los gorilas, podemos pensar en los grandes brazos y hombros que tienen, caminar a cuatro patas nos otorga una gran fuerza en esa zona. Entre el soporte de peso en nuestros puños y la fuerza de la gravedad tirando hacia abajo, los hombros deben aguantar todo eso.
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Mejora la flexibilidad de la muñeca. A medida que pasa el tiempo, nuestras muñecas se vuelven débiles y rígidas por movimientos que realizamos todos los días. Este ejercicio las ejercita y hace que se muevan en diferentes planos de movimiento.
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Quema grasa. Aunque a una parte de la población le parezca que son fáciles, para hacer este ejercicio necesitamos la fuerza necesaria para cambiar todo tu peso corporal entre la parte superior e inferior del cuerpo.
Cómo hacer la caminata del gorila
Es posible que las primeras veces que realicemos el ejercicio, sea complicado y pensemos que nunca vamos a desarrollar la coordinación y estabilidad necesaria. Por eso, se necesita constancia para mejorar pero, sobre todo, para obtener todos los beneficios.
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Vamos a comenzar en una posición en cuclillas con los pies ligeramente más anchos que el ancho de los hombros separados, tal y como indica en el vídeo.
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Con los puños cerrados, vamos a plantarlos en el suelo en frente de nosotros, tal y como haría un gorila. Debemos tratar de mantener una postura vertical y evitar que se encorve.
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Vamos a movernos suavemente de un lado a otro mientras balanceamos las manos hacia la izquierda, plantando los puños en el suelo frente a ti. El siguiente paso es que nuestros pies nos sigan.
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Tenemos que intentar crear un impulso constante y seguir moviéndonos en la misma dirección. Podemos cambiar cuando llevemos unos minutos.