Algunas zonas de nuestro cuerpo pueden ser especialmente secas, como las rodillas y los codos. Es posible que ciertas condiciones externas o un cambio en tu rutina sean la causa de una deshidratación temporal en esta parte de tu cuerpo.
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Los codos secos son muy molestos. Sin duda te acomplejarán si quieres llevar camisetas sin mangas y pueden llegar a ser incluso embarazosos y dolorosos si no se tratan. Verás un aspecto de enrojecimiento, luego picor y una sensación de dolor o de quemaduras.
Los expertos de Nivea afirman que esta sequía puede deberse a la fricción entre los codos y nuestro entorno, sin que nos demos cuenta. Nuestra ropa también puede ser una fuente de sequedad si irrita la piel.
Por último, como nuestros codos están siempre en movimiento, se estiran constantemente, lo que puede provocar sequedad. "Los codos son una articulación, lo que conlleva a que esa piel se doble y estire constantemente a lo largo del día al mover el brazo, implicando una tensión adicional en la piel de los codos y causando el tema en cuestión: codos secos", indican los expertos de la marca de cosmética.
Para empezar, es importante evitar los jabones y soluciones limpiadoras demasiado agresivos, que sólo resecarán aún más tu piel si tienes los codos secos y agrietados o si tu piel tiende a ser seca. Elige un producto diseñado específicamente para tu tipo de piel. Trata tu piel con suavidad y no la exfolies demasiado. Exfoliar la piel con demasiada fuerza sólo hará que se pele más y elimine su sebo natural.
Lo más importante es elegir la crema hidratante adecuada. La hidratación es la clave. Opta por una crema espesa e hidratante, preferiblemente enriquecida con ingredientes nutritivos como aceite de almendras dulces, manteca de karité o vitamina E. Aplícate la crema generosamente en los codos después de la ducha o el baño, mientras la piel está todavía húmeda, para sellar la hidratación.
Las altas temperaturas resecan la epidermis. Por eso, para preservar las sustancias grasas naturales que protegen la piel, es mejor lavarse con agua tibia. Además, intenta limitar el tiempo que pasas en la ducha a no más de cinco minutos.
Por último, hidrátate desde dentro hacia fuera bebiendo suficiente agua a lo largo del día. Una hidratación adecuada desde el interior ayudará a mantener la flexibilidad y elasticidad de la piel, incluida la de los codos.
Los alimentos ricos en omega-3 también ayudarán a proteger la piel de los factores ambientales agresivos y a reforzar la barrera cutánea natural, ya que están compuestos por sustancias grasas, como el salmón y las sardinas, o las nueces.
No olvides proteger tus codos del frío y del mal tiempo llevando ropa de abrigo y evitando exposiciones prolongadas. Siguiendo estos sencillos consejos, podrás decir adiós a los codos secos y disfrutar de una piel suave y confortable, incluso durante los meses más fríos del año.