La palabra perimenopausia parece clara en cuanto a su significado, pero quizá no lo sea tanto para mujeres de menos de 50 años, que aún no han empezado a experimentar sus síntomas. Hay cierto desconocimiento de esta etapa previa al temido climaterio que vamos a tratar de resolver para que aprendas a indentificarla y tomes las medidas necesarias para mitigar sus efectos.
También para visibilizar un tema aún estigmatizado y que sigue siendo un tabú para muchas personas. La finalización del periodo fértil en la mujer tiene fuertes connotaciones culturales negativas en nuestra sociedad, principalmente por factores históricos y sociales.
"El estigma de la vejez, la presión estética, la falta de representación en los medios de comunicación o la desigualdad de género son factores que todavía contribuyen a la discriminación de las mujeres que pasan por este momento vital", explica Clara Selva, profesora de los Estudios de Psicología y Ciencias de la Educación de la Universidad Oberta de Catalunya (UOC).
Por eso es importante hablar de ello. La perimenopausia es aquel periodo durante el cual el cuerpo produce la natural transición a la menopausia, que supone la finalización de la capacidad reproductiva. Hasta ahí todo claro, pero surgen muchas cuestiones: ¿cuándo empieza?, ¿por qué se produce?, ¿cómo podemos identificarla?, ¿cuánto puede durar?
A qué edad comienza
No hay una regla fija para todas las mujeres, pero este periodo llamado también transición menopáusica suele presentarse pasados los 40 años. En ocasiones poco frecuentes se adelanta, pero también puede comenzar a partir de los 50.
Tómatelo con paciencia porque los síntomas, que no son demasiado agradables, pueden durar varios años hasta que se produzca la menopausia propiamente dicha, durante la misma e incluso después. Se entiende que ya estás menopáusica cuando ha pasado más de 12 meses sin la menstruación. Sin embargo, hasta ese momento, son muchas las cosas que pasan en tu cuerpo por los cambios en los niveles de estrógenos, que van descendiendo paulatinamente.
Los síntomas
Lo creas o no, hay cerca de 80 síntomas relacionados con la perimenopausia. Identificarlos te ayudará a saber lo que está pasando. Estos son los más importantes.
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Desajustes de la menstruación: es el más reconocible. En este periodo la regla deja de venir regularmente: se atrasa, se adelanta, a veces el sangrado en menos abundante, otras más... ¡Una locura! Esto incide directamente en la estabilidad emocional con cambios de carácter constantes a cuenta de las hormonas.
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Los sofocos: otro de los síntomas más comunes. ¿Estás tan nornal y de pronto te sube un calor interno de la nada como si tuvieras fuego? Querida lectora, vete acostumbrando porque pueden perpetuarse durante mucho tiempo. Es frecuente que se produzcan durante la noche, lo que convertirá tu cama en un parque de atracciones edredón arriba, edredón abajo. La duración e intensidad varía según la persona afectada.
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Los problemas de sueño resultan muy frecuentes y significativos durante la perimenopausia. Las fluctuaciones hormonales, en particular la disminución de los niveles de estrógeno y progesterona, pueden afectar a la capacidad de conciliar el sueño y mantenerlo durante la noche. El insomnio puede producirse por tener dificultades para volver a dormirse o bien por despertarse muy temprano por las mañanas.
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Disminución de la fertilidad. Pero, ojo, que puede haber embarazo ya que todavía hay ovulación y menstruación. Así que si no se desea tener hijos se deben seguir utilizando medidas de protección. Recordad que hasta que no haya pasado un año sin la regla, no se considera que haya terminado la capacidad reproductiva.
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Sequedad vaginal y reducción de la libido. El descenso de los estrógenos afecta directamente a la lubricación de la zona íntima. Es un problema menor, porque para eso hay lubricantes artificiales que mejorarán las relaciones íntimas. Otra cosa es la disminución del deseo sexual, asociado también a esos cambios hormonales. Esto se mantiene en la menopausia y postmenopausia.
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Pérdida de densidad ósea y otros cambios del cuerpo. Es normal que durante la perimenopausia se tienda a coger peso, porque se ralentiza el metabolismo, lo que lleva a quemar menos calorías, se pierde masa muscular y aumenta la producción de ghrelina, la hormona responsable de la sensación de hambre.
Así pues, se tiende a acumular grasa en la zona de las caderas y el abdomen especialmente. También se pierde densidad ósea cuando los niveles de estrógeno se reducen, lo que conlleva riesgo de padecer osteoporosis y provoca fragilidad en los huesos. Sin olvidar, que los niveles de colesterol pueden aumentar durante este periodo.
¿Suena demasiado terrible? No hay que dramatizar. Existen productos y rutinas dietéticas y de ejercicio para mitigar sus síntomas. A nivel emocional, la aceptación como parte del proceso de la vida y no vivirlo en silencio o con vergüenza, es crucial. Todas las etapas tienen su magia.